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viernes, 30 de enero de 2015

TANGO ROJO






Porque te vas de cuerpo y no consistes
entregada al silencio no consientes
afilada al mareo

Y tu vestido rojo
colgando de la arteria del ocaso
planta tu espalda blanca.

Y tu pie tu mandíbula luciente
los cuartos de tus muslos
tus caderas

Pero metiéndote bajo la luna
tu cabellera noche surte sombras
en un lance de esgrima

Y siempre el blanco en tus manos
hombros codos y cuello
encienden flor y albura entre tus llamas

Por todo lo ya dicho

Aferrado a lo esbelto
detenido a lo largo de tu cuerpo
bailo con vos a lo ancho el tango rojo

Amilcar Luis Blanco 

miércoles, 28 de enero de 2015

SBORNIA



En el bar nos caminamos unos tragos,
ella y yo, yo y ella, ella y yo,
hasta no saber ella y yo, yo y ella,
si ella era yo, yo ella.

La esquina desbordaba de nosotros.
Quiero decir los torvos ventanales
de una sombra preñada
por nuestros corazones saliéndose por nuestros ojos.

Vale decir la noche haciéndose de día,
cayéndose de un sueño compartido
y sobre aquélla mesa nuestros codos
y nuestras cuatro manos a dos caras,
acariciándonos.

Amilcar Luis Blanco (Fragmento de una pintura de Edward Hopper)

PARA QUE VIVAS


















Ábreme el corazón, amor,
para que viva;
para que otra eternidad,
que no sea la tuya,
no me consuma.

Ábreme el corazón que arde en tus manos;
el que mete tu tiempo entre mis años.
El corazón tenaz que me consuela
cuando llueve la angustia
y se mustian los labios
por la menuda ausencia de tus besos.




Amílcar Luis Blanco.

lunes, 26 de enero de 2015

MI CORAZÓN
















Mi corazón es una casa lenta,
un lento frío.
Espacio difícil de adentrarse.

Y no se sabe bien,
nunca se sabe
adonde están las llaves.

Mi corazón golpea
como un llamador desde adentro
para que le abran el afuera.

¿Hay algo más persistente
que un corazón llamando
en el hontanar del silencio?

Amilcar Luis Blanco ("Autorretrato" por Frida Kahlo)

domingo, 25 de enero de 2015

Alguien, algunos, muchos . . .




Vasto el cautivo, vasto el vasallaje
que la temida muerte nos impone,
que la temida muerte descerraja,
con su apuro circense y circunloquio
de palo, de maraca, de redoblante efímero.
Bocas comunicantes nos encantan
y cantos de sirenas nos engañan
y nos tienen corriendo exasperados.

Alguien,algunos,muchos,
me pregunto,
¿podrían dejar de atravesar tanto escándalo,
ese leteo turbio de las letras de molde,
ese estigio de imágenes de zombies
y de melifluas voces que propalan
 desesperaciones, ansiedades,  miedos,
segregados por diarios y radios y televisores,
ansiosamente, desesperadamente,
agitando maracas y sonajas,
tamborilleos fribilantes, redoblantes,
hablando sin cesar de lo que no saben,
empujando con sus velocidades  desgracias para todos
en este carnaval del desencuentro?

Si lo hicieran y se detuviesen,
pararan orejas, ojos,
cerebros,  corazones
y sobre todo lenguas;
dejando de mirarse en tanto azogue sin respuesta,
escucharan, entendiesen,
miraran,  viesen,
pensaran  y sintiesen,
profundamente, en serio,
corazonadamente.

Y sobre todo y para siempre cesasen de correr,
de agitar maracas, sonajas,
dejasen de batir los parches,
sólo para escuchar,
sólo para ver,
sólo para pensar y sentir,
sólo para dejar de hablar de lo que no saben,
sólo para dejar de actuar lo que les dictan.

Entonces, la bomba del silencio estallaría
absorbería el chismorreo, el ruido.
La bomba del reposo estallaría,
detendría la enloquecida hiperkinesis
Apagaría la desesperación, la ansiedad,
los miedos, segregados por diarios, radios,
televisores.
¿Ocurrirá algún día?

Amílcar Luis Blanco

miércoles, 21 de enero de 2015

PALABRAS




En un insomne atuendo de palabras,
despedido sin fin por ecos y fonéticas y formas,
expulsado de aciertos o mentiras,
de culpas y capullos y telarañas y símbolos,
debo rendir palabras, ser palabras.

Palabras que me visten y desvisten
y no me dicen nada;
ecos desabrigados para rasgar mi desnudez
más todavía y convertirla en  intemperie.


Vivo del jugo de las palabras dulces,
como duraznos partidos y rezumantes
o mares encrespados de uvas líquidas
y procuro no distraerme del instante
jamás.

Trato de poner frenesí en mi indiferencia
acerca de los dólmenes de la retórica,
amontonándose dentro del ojo glauco
de la pantalla del televisor
desparramándose en el hormigueante
palabrerío,
tomándome de hombros, brazos, manos,
llevándose las partes de mi mismo
como las de un insecto exánime
al voraz agujero de la nada.


Vivo en el líquido de las palabras líquidas
con el agua hasta el cuello
hundiéndome en preguntas en el centro del delirio
cuyas ondas se encienden en todas las orillas
de un silencio siempre
cómplice.

Amilcar Luis Blanco  (Composición plástica de Savana Dantas)

sábado, 17 de enero de 2015

AMANTES (Soneto en endecasílabos de gaita gallega)
















Ya satisfecho de luz sin ufana,
vana penumbra en la hueca ventana,
río en el gozo del largo momento
que me  depara tu cálido aliento.

Plenos, dichosos, nos hemos amado
dándole al cuerpo el regusto deseado
y hemos contado cual lánguidas tramas
nuestras historias recientes de camas.

Somos amantes de pálidas horas,
sólos, distantes, cual aves canoras.
Hemos logrado hilar confidencias

y en nuestros cuerpos quebrar apariencias
que nos tenían asaz distanciados.
Hoy nos besamos amantes y amados.

Amilcar Luis Blanco  (Pintura de Virginia Palomeque)

AMÉRICA




Donde antes las hubo,
ahora mismo,
ya no hay eternidades. En ese pueblo,  América, 
de infancia; célula urbana, mi pequeña patria,
surgida de un fortín entre chusas malezas.

Ya no hay ríos de tangos
ni zarzuelas o bronces
para alentar mis ganas,partiendo de la pua
que mi padre ponía sobre surcos de discos olvidados.
No está el abuelo que trajo el plano de la casa

Ese gato montés,
el pasodoble,
levantando tertulias
del cine de Bertero allí en mi pueblo
trayéndome recuerdos de otras vidas.

Ni hay mi hermano
en cuyos hombros
hacía pesar mi compañía
regresando del cine por la plaza.

No volverán los pájaros amenos que picaban
la soledad en todas sus semillas.
Y ese salir al aire, a los encuentros,
más allá del aljibe, la retama y la adelfa.

Al inclinarse de álamos y sauces,
a sus melenas dóciles al viento,
encrespadas o lacias, siempre atentas,
a la quietud insigne de la higuera.

Ya no hay eternidades
pero quedan preguntas
¿He trabajado acaso
una quietud del tiempo en el poema?

¿O acelerado tanto mi transcurso,
despojando del ser al paisaje evocado 
para que ahora muestre
tanto hueco de ser tanta penumbra?

Amílcar Luis Blanco  (Fotografía de la Municipalidad de América, Partido de Rivadavia, Pcia.de Bs. As. Argentina)


miércoles, 14 de enero de 2015

TUS LABIOS Y LA ROSA (Soneto en alejandrinos perfectamente contados y con estranbote)






Dedicado a Mayte Dalianegra

Así como una rosa será siempre una rosa;
lozana, en terciopelo sus pétalos perlados
durante el corto tiempo vesperal del que goza;
tus labios serán plenos sólo siendo deseados.

Tus labios, agua y tiempo, siempre serán besados
Y habrá un instante eterno de flor esplendorosa,
sin invierno afligente de cuchillos helados
y engastarán tu risa de azucena y de moza.

La lozanía es tiempo de eternidad si atento
me atengo a su belleza y a su fugaz momento.
Porque está en el transcurso su dilatada forma

Como un río constante de líquido sustento
es la sentida rosa, rigurosa en la norma
de dar fuego al deseo y a los labios contento.

Con ella, con la rosa, hecha flor y transida,
convertirás  tu boca, en agua y movimiento,
 en  sal y en viva  sangre por tu merecimiento
y ascenderás a un cielo de caudalosa vida


Amílcar Luis Blanco (Imagen de Lioragarza)

martes, 13 de enero de 2015

SONETO EN ALEJANDRINOS CON ALGUNAS SINALEFAS







Si he hablado ahora y usado sinalefas
me ha ocurrido en un metro de verdad muy parejo;
donde a veces se salvan las vallas y las rejas,
en sílabas catorce de variado cortejo.

Y así en este soneto me cifro y entretejo.
Soy la araña del hilo cruzándome en guedejas
y sigo áureos caminos pero después los dejo
en ajenos destinos y en todas las orejas.

Y ahora, en  surco abierto de linaje latino,
de Darío, Vallejo; consonancias parejas
de yámbicos acentos y de un estro divino.

En solturas que igualan el afiatado tino
dado por un poeta a su amada sin quejas;
o sea en un soneto y en verso alejandrino.-

Amilcar Luis Blanco

domingo, 11 de enero de 2015

LO MISMO QUE HOLOFERNES





Muchas noches querida, lo mismo que Holofernes,
en  tu cuerpo de selva de salvaje cabello
puse ansioso mis besos y  hollé tus carnes verdes,
tus ardores  dejaron sus flores en mi cuello.

Me hice de fiebre todo para saciar tu fiebre
Me convertí en un lobo de fauces asesinas
Y dejé en tus temblores mis pasiones de orfebre
Para tallar sin fallas tus ternuras divinas.

 Fuiste Judith, aquélla, astuta y cazadora
Y han llegado tus filos a traspasar mis ansias
Por eso al cielo ruego, no me pongas distancias.

No me alejes de tu arco o tu lanza o tu hora.
Absuélveme del reto contigo triunfadora
Y hazme así tu trofeo, aun ebrio y a deshora.


Amilcar Luis Blanco (Pintura de Artemisia Gentileschi)

miércoles, 7 de enero de 2015

VIDA FÚTIL











En la bandurria de la tarde
llueve sobre nosotros la impudicia
quiero decir noticias, comentarios, despojados
de entrecejos, atragantamientos y palideces.

Quiero decir que abriéndose los diales,
echando antenas invisibles hacia los cuatro vientos
y enarbolándonos en percepciones,
en las mareas de las ondas
nos convertimos en fantasmas.

Constantemente repetidos y protervos,
hacemos flamear y flashear nuestros anhelos
y van quedando cáscaras vacías
y disfraces de sombras mezclados y movibles
en los corredores del viento que sacuden las almas.

Llueve sobre nosotros en la cinta sin fin de los aburrimientos diurnos
en el despejarnos de los instantes felices con abanicos de aspavientos
y darnos la vida contra los espejos
como un mar que golpea su intensidad contra las escolleras.
Quiero decir que andamos muriéndonos por todos los rincones
como los insectos cuando en los veranos rebotan contra las lámparas.-
Quiero decir desnudos, invisibles, autómatas exactos, marionetas.-

Amílcar Luis Blanco (Pintura de Edward Hopper "Star wars 2")

sábado, 3 de enero de 2015

PARTO AL BORDE DEL MAR





Hoy,
corté el pasto en el fondo de la casa.
Hice pedazos el silencio
de la hora para soñar.
Arrepentido, como penitencia,
estuve a punto de extenderme sobre el verde,
los ojos abiertos hacia arriba,
para dejar que el cielo
se sentara sobre mi nariz, sobre mi boca,
como el sexo de una mujer puesta en cuclillas
y pensé
en esa mujer a punto de estallar
y que diera a luz y penumbra su fruto con dolor
y del azar fuera la supernumeraria
y alumbrara en el mar.
La miraría el espacio y el párpado oxidado y ciego
del mar bajo la cresta blanca de la ola.
Y sentiría no como ella, no en su estado ni ruego,
del vientre bajo el pubis abrirse su corola.
No sentiría la urgencia del viento
llevándose la arena, 
desflecando la espuma,
ni el transporte de suspiros y llantinas, 
ni el acento rumoroso del mar.
Porque estaría aquí echado de espaldas
sobre el pasto del fondo de mi casa
soportando el peso del cielo
e imaginando un parto al borde del mar.

Amilcar Luis Blanco