
la pena cincelada en la penuria,
en los puños cerrados, la micción en anuria,
la contractura en cuerpo y alma dando?
¿Hasta cuántas pobrezas verdugueando,
bajándonos los brazos, rogándole a la curia
de rodillas, vueltos hacia el no ser cada centuria
con los mismos esclavos igualando?
¿Hasta cuándo carajo el bruto rico
dirigiendo la paz de su violencia
contra el derecho, contra la decencia
de ese trabajador de pala y pico
o ese maestro, esa mucama y ese chico.
¿Hasta cuándo el dolor y la paciencia?
Amílcar Luis Blanco ( Pintura de Oswaldo Guayasamin)
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