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miércoles, 27 de enero de 2010

EL GROTESCO CARNAVAL DE LA POLITICA.- La oposición reaccionaria y golpista, hostil a cambios políticos, económicos y sociales que tienden a relegar su protagonismo y el de los terratenientes beneficiarios del cultivo de la soja y el tipo de cambio, así como a posicionar en un espacio compartido al monarca de los medios, Héctor Magnetto y su grupo, defiende sus intereses a capa y espada sin referirse explícitamente a ellos jamás, sin mostrar tampoco un proyecto alternativo propio que pueda compatibilizarlos con los intereses de todos. Desde Mauricio Macri hasta Pino Solanas, es decir desde la derecha neta hasta la izquierda utopista que le es funcional, pasando por Carrió, Gerardo Morales, Prat Gay, Redrado, Cobos y el resto del uniforme elenco, todos disfrazan sus argumentos con retóricas republicanas sin explicar las verdaderas causas materiales de sus discursos. Incluso la izquierda utopista de Solanas, Lozano o Donda, por caso, se ha vuelto demagógica y trata de impresionar a su potencial electorado vendiéndole, una vez más, la fantasía del no pago de la deuda que ellos consideran ilegítima.
Es decir, todos mienten, todos se disfrazan y convierten la actividad política que deberían ejercer como una seria y recta gestión, encaminada a resolver nuestros problemas comunes con un sentido práctico, en un burdo y cambalachesco carnaval, en una grotesca carnestolenda báquica y babélica en la que procuran que nadie se entienda y campee la confusión.
Para dialogar y deliberar sobre los problemas cotidianos del quehacer político que nos afectan a todos hay que sacarse la careta, dejar de disfrazarse y dejar de mentir. El día que lo hagan habrán madurado y algo será posible.

Amílcar Blanco

lunes, 25 de enero de 2010

La anodinia y los medios monopólicos.- Anodinia significa ausencia de dolor según el diccionario y anodino insignificante o sin valor.- En ese doble sentido los medios monopólicos se comportaron durante los años de plomo, cuando imprimían en sus primeras planas noticias acerca de lo que las juntas y las paradojicamente llamadas fuerzas de seguridad hacían con la población civil, transformando a los ciudadanos en desaparecidos. Mientras "La Opinión" de Timerman y el puñado de valientes que escribían en sus páginas, contaban los días que Hidálgo Solá y Edgardo Sajón llevaban como desparecidos, los medios monopólicos de hoy y con aspiración a serlo en aquél momento reflejaban una total y perfecta ausencia de dolor por lo que sucedía e, incluso, actuaban como un analgésico mediático para los jefes del país tratando de no generarles ni la mínima sombra de culpa; es decir propagaban una anodinia cómplice y delincuencial hacia la castigada masa que los leía y debía seguir vendiendo productos y servicios a través de sus clasificados. Claro, para ese alineamiento de su "libertad de expresión" de entonces hubo una compensación contante y sonante, la adquisición de la mayoría de las acciones de Papel Prensa.
Hoy, contra el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, la anodinia se ha transmutado en la mayor cantidad y calidad de dolor que puedan causar y provocar a través de sus páginas atacando y agrediendo con mentiras, deformaciones y tergiversaciones de lo que sucede, no únicamente para dañar todo lo que puedan a los Kirchner, que no quisieron hacer loby a favor de ellos para ayudarlos a copar Telecom, - todo se saba -, sinó también sin importarles el daño que causan a los lectores que consumen día a día sus columnas cargadas de odio y veneno. Hoy han pasado de la anodinia cómplice y cobarde a la toxicidad cómplice y cobarde ¿Alguna podría ser mejor que la otra?

viernes, 22 de enero de 2010

EL SENTIDO TRASCENDENTE DE LA LUCHA POR EL PODER Y LA FALTA DE ETICA POLÍTICA DE LA OPOSICIÓN.-
Los parlamentarios que hoy ponen palos en la rueda de las decisiones que adopta la titular del Poder Ejecutivo respecto al Banco Central y a su Presidente, son, en su inmensa mayoría, universitarios. Por ello, alguna vez habrán leído o escuchado en las aulas de las Facultades a las que asistieron acerca de la lucha agonal, que es la pelea por el poder político, la que se desencadena entre pares para obtenerlo y conservarlo. No sería forzado suponer, por ello mismo, que todos ellos, alguna vez por lo menos, se hayan preguntado hasta dónde, hasta qué extremos puede o debe llegar esta lucha y cuál es su sentido; que se hayan cuestionado también acerca de la finalidad, el “telos” último que la inspira. Es decir, tanto la ética o el deber ser de esta lucha, su decoro, honorabilidad y dignidad en las conductas de quienes son sus protagonistas, como su meta, su finalidad, lo que la trasciende. Esta finalidad que trasciende la lucha agonal es la que Aristóteles definiera como el bien común. La lucha por el poder sólo tendría sentido porque persigue ordenar y disponer a este poder, una vez obtenido, para lograr mediante su ejercicio el bien de todos, el que beneficie a la comunidad de seres humanos en su conjunto. Los universitarios dedicados a la política seguramente habrán leído o escuchado, o incluso estudiado, acerca de la pregunta por los medios que deben emplearse para obtener esta finalidad genérica de bien común que pasa, antes de ello, por su posibilidad real que es tener el poder para lograrlo, es decir se habrán interesado reflexivamente en la consideración de la ética política. Asunto del que se ocupó Machiavello en su célebre ensayo “El Príncipe”, cuando se preguntó si el fin, justifica los medios.
No puedo dejar de sospechar, en base a lo que está ocurriendo y es del dominio público, que nuestros políticos universitarios dan una respuesta positiva a la pregunta tratándose del poder que ellos persiguen y que, en cambio, la contestación es neutra si versa sobre el bien común como fin perseguido, ya que hacen cualquier cosa para tratar de desplazar a los Kirchner y obtener ellos el poder que, hoy por hoy, tiene y ejerce el matrimonio presidencial pero, en cambio, no hacen absolutamente nada para lograr el bien común y ni siquiera proponen qué hacer. Alejan y postergan indefinidamente el tratamiento de las cuestiones centrales, de fondo, que llevarían al bien común, es decir al desendeudamiento de la Argentina y a la disposición de las reservas para el crecimiento de sus habitantes en inversión, trabajo, producción, consumo y proyección futura. Podrían ocuparse de esta finalidad primordial de la política y colaborar con la Presidente, secundándola y aún ideando propuestas superadoras, esto sería actuar sujetándose a una ética política. Prefieren en cambio tratar de descalificar a la Presidenta, desprestigiarla, desgranar cínicas chicanas, como la del glacial y siniestro Prat Gay que dice que si la comisión bicameral emitiese su dictamen estaría colaborando con el Gobierno. Es necesario remarcarle que estaría colaborando con el País, con el conjunto del Estado Argentino y su gente, con el bien común aristotélico y que, de ese modo, poniendo sus miras más allá de lo pequeño, formal e inmediato, tendría, con el conjunto de la oposición política, posibilidades muchísimo mas serias de que el electorado ponga en sus manos el trofeo del poder político.- Esto si la oposición renunciara a sus infinitos sofismas, trampas y chicanas y se decidiera a actuar con ética política.-

Amílcar Luis Blanco.

miércoles, 20 de enero de 2010

Desvergüenza y cinismo mas crueldad.- Oscar Wilde dijo que cínico es el que conoce el precio de todo pero el valor de nada. El hipócrita es cínico y también desvergonzado porque agrega a las simulaciones que ensaya la falta de pudor. En el caso del vicepresidente Cobos, a la desvergüenza y el cinismo se suma la crueldad. Acaba de declarar, hace pocas horas, que Cristina no debería suspender su viaje a la República Popular China, la segunda economía del planeta, según la definió. Es decir aparenta inocencia, ingenuidad y calma, frente a los micrófonos y las cámaras porque, aunque no lo inspiren estos valores, sabe que quienes lo miran y escuchan pagan con una superficial credulidad su actuación mediatica. El sabe que la creencia de la gente, alimentada por los medios, es fugaz, desmemoriada y que paga bien porque promociona su imagen, sin mayores críticas, hacia un futuro de probables aventuras electorales y, aunque éste sea un horizonte todavía incierto, quiere posicionarse. Pero, además, como el picador contra el lomo del toro, clava la punta de su mordacidad, redobla su ferocidad, porque teniendo conciencia de que la Presidenta lo sabe no confiable y que él es la causa de que ella no viaje a China, agrega al comentario aparentemente inocente, el malintencionado reproche. Como el abogado que multiplica sus chicanas cuando sabe que su causa no es justa y la puede perder frente a la verdad y la razón que esgrime su contraparte.

martes, 19 de enero de 2010

ACLARACION POR HOMONIMIA

Quiero aclarar que circula en la red un poema o elegía, titulado "Agradecimiento a Cristina" o algo así, de contenido irónico que, como no lo comparto en absoluto, aclaro que

Milonga para Geeraldine (Vuelvo a publicar este milonga que dediqué a Geraldine, gran amiga que tuvo la deferencia de bailar conmigo alguna vez)

Se abren sombras al fin flojas,
la luz agranda la pista,
caminando suelta, lista,
se apronta Geraldine Rojas.
Le dice el Tango: ¿Bailás?
y un acorde en su cintura
mueve y juega su figura
desde el centro del compás.
La mano de la armonía
le pone marca en el talle,
y un temblor de cielo y calle,
en su espalda, la poesía.
Su pie se pone a girar,
ala de su pantorrilla,
y se quiebra en su rodilla
como si fuera a volar.
Bailando se le desnuda
una infinita pantera,
mezcla de milonga y fiera,
suave, cimbreante y aguda;
ambigua como la duda
en la inquietud de la espera.
Se convierte en sinfonía
de tangos hechos mujer
que quieren hacerse ver
en mistonga compañía.
La milonga se hace orilla
de pollera bien ceñida
y pica en pasos erguida
y se hace paisana y brilla
cuando su ritmo la manda,
la orienta, la pica y suelta
y la mete en otra vuelta
le sobrevuela una holanda,
le hace entrada, la concerta
y le hace una zarabanda.
¡Qué bien que bailás, morocha!
¡Qué sangre tan argentina
te inspira en sol, te derrocha
y te hace la bailarina!
Amílcar Luis Blanco

"La Argentina incorregible"

La Argentina incorregible, en boca de los opositores, suele ser como el "peronismo incorregible" en la pluma de Jorge Luis Borges. Una especie de veredicto genial que nos resumiría, que sintetizaría nuestra esencia. Los que usan y abusan del concepto comparan nuestra nación, peyorativa y constantemente, con cualquier otra nación de la tierra, y salimos perdiendo, creen que cualquier acción, conducta, gesto, ademán, palabra o lo que fuere de los Kirchner quienes, hoy por hoy, conducen sus destinos, está signada y estigmatizada por el mal o lo peor y que sale perdedora en cualquier certamen de virtudes o bondades. No admiten réplicas. Quienes disentimos con los voceros o propaladores mas mediáticos de este latiguillo o sambenito, de funestos augurios para nuestras posibilidades, integramos la legión de los que no escuchamos a los demás, somos dictatoriales o tiránicos y hasta, incluso, provocamos miedo en personas decentes y bien como Mirtha Legrand. En suma, somos incorregibles aún cuando no seamos peronistas. Quienes nos piensan y estigmatizan de ese modo en realidad no piensan. Aceptan, sin analizar, el aluvión mediatico que editorializa y elabora sin pausa esta suerte de episteme o supuesto, de preconcepto con el que se juzga y denosta todo lo que el gobierno hace, bien o mal. En semejante telaraña la gran proporción de quienes integramos la comunidad humana de este país, desempeñándonos en diferentes roles y actividades, quedamos entrampados, paralizados, obnubilados o imbecilizados. Un ejemplo de estas prácticas que además de ser mediaticas tienen cómplices políticos y sociales la constituye toda la puesta en escena que se hizo en torno a los decretos que crearon el fondo del bicentenario y el que destituyó a Redrado. Un burócrata por sobre la máxima autoridad republicana. Un golpe que intenta desequilibrar y ridiculizar una vez más la figura presidencial ¿Quiénes somos los incorregibles, los que integramos el 51 % del electorado que votó a Cristina o los grupúsculos de oposición tergiversadores y mentirosos?

LOS EXENTOS DE PECADO

LOS EXENTOS DE PECADO.- Los que arrojan todas las piedras, se rasgan las vestiduras y se postulan como perfectos ¿Qué es lo que quieren? ¿Que la presidenta llore arrodillada y les pida perdón por haber perdido? Le reprochan que relativice la ajustadísima derrota y que no diga que Macri pasó de tener el 60 % a tener el 30 %, mientras que ella, cargando sobre sus espaldas la responsabilidad del ejercicio del poder y la continua y constante presión, erosión, tergiversación y perversión de los medios, que no cesa, de su 46 % en el país conservó un 32 % ¿Qué es lo que pretenden los augures de un porvenir que, con toda seguridad, ahora, con la máquina de impedir remozada y aceitada en ambas cámaras, van a engranar todo lo que puedan decisiones elementales de la gestión y a desfinanciar al Estado para halagar al Campo, con su también renovada e inescrupulosa demagogia frívola de siempre, la que seguramente nos regresará al inmundo pasado, al FMI y a los ajustes, a de la Rua, a Cavallo, a los blindajes y préstamos que nos pusieron de rodillas, a los oportunistas y vivancos de las AFJP, que timbean en la bolsa los aportes de los jubilados, invirtiendo en acciones de compañías que quiebran estrepitosamente y derrumban los sistemas financieros del llamado “primer mundo”?
Han conseguido vender al electorado productos de marketing y el “electorado”, vaca sagrada descerebrada por los medios, compró todo. Compró un De Narváez que jamás fue al Congreso ni presentó un solo proyecto, pero, eso sí, tiene guita e imagen. Compró una Gabriela Micheti que, fuera de su imagen simpática, es inoperante políticamente hablando. Compró el proyecto “personal” de un Macri que lo único que exhibe son ambiciones empresariales y privatistas. Compró el resentimiento de un maltratado circunstancial como Solá. Compró las ilusiones utópicas de un esteta metido a político, un sapo en otro pozo como es Pino Solanas, que ignora, por ejemplo, que desde 1994 las regalías petroleras están en manos de las provincias porque la Constitución de aquél año así lo dispuso, de modo que para que vuelvan a la Nación como el quiere necesitaría, por lo menos, un poder como el que tuvieron Menen y Alfonsín juntos para reformar la Constitución; es decir, quienes lo votaron en realidad compraron, como tantas otras veces en el pasado, a un vendedor de fantasías. Consiguieron confundir al consumidor de ilusiones, a la gente, al pueblo, consiguieron que una masa distraída, desmemoriada y ausente, ávida de entretenimientos paródicos y caricaturescos, que empobrecen cada vez más un imaginario colectivo que carece de profundidad y sentido crítico, que se dejó llevar por lo superficial de las formas, por la falta de solemnidad o hipocresía de un Kirchner a veces cruel o torpe, pero siempre verdadero, escorase, volcase, como un vehículo desnortado, repitiese conductas, comportamientos patológicos que, si se los considerase desde una perspectiva psicológica, signarían la neurosis obsesiva y recurrente que la ha llevado tantas veces a cometer los mismos errores que signan sus fracasos, al elegir mal, equivocadamente. A erigirse una vez más ésta masa, como definiera Jorge Luis Borges, en “un abuso de la estadística”, de lo numérico meramente cuantitativo, que no ve, no piensa, no sabe, no contesta y solo responde a esos estímulos mediáticos.
Si algún reproche hay que hacer es a los medios, es al periodismo irresponsable, al periodismo de empresas, de intereses que se encubren bajo el disfraz de los principios de una ética republicana que no tienen, de una ética vergonzante; la de los que defienden con garras de acero su pitanza, su poder político y su riqueza inextricablemente unidos y consolidados, no para bien de los que menos tienen y viven por sus manos, sino sólo para los que pueden y “deben”.- Con su pan se lo coman ¿A quién vamos a quejarnos cuando todo se derrumbe? ¿Qué van a decir entonces los periodistas empleados de tales empresas, con qué nuevas mentiras seguirán disfrazando las verdades de una realidad de la que formamos parte que, al ignorarse sistemáticamente, nos va autodestruyendo como un cáncer que alimentáramos con nuestra ignorancia, complicidad o autocomplacencia? ¡Por favor, basta de mentiras, de fariseísmos, de hipocresías! El periodismo debe ser libre y crítico, desinteresado aunque sea pobre, valiente aunque esté amenazado, mordaz para despertar a los imbéciles, pero jamás pagado como una prostituta para dar placer y omnipotencia a los poderosos! Tampoco deberían disciplinarse los periodistas para los poderosos poniéndose constantemente a su servicio. Por otra parte, los que se disciplinan en forma automática, según ya vio Focault en “Vigilar y castigar” u Orwell en “1984”, descerebran a la vaca, de cuya sacralidad descreen interiormente, aunque con cinismo expresen lo contrario para sostener sus sofismas siempre favorables a la minoría que representan, pero en realidad se descerebran también a sí mismos; se han transformado en empleados y personeros de gente de muy buen vivir, comer, vestirse y disfrutar, de los integrantes de una “high society” tenedora de multitud de acciones de grandes multinacionales y sus familias; se han vuelto expertos en vehiculizar y trasmitir la línea que sus mandantes-empleadores bajan constantemente a una sociedad de masas integrada por grandes mayorías de marginados y grandes minorías de clase – miedo; éstos últimos son las verdaderas víctimas, los verdaderos apedreados y no sólo el gobierno; son los que votan los lapidados, los que sienten el terror pánico que los atraviesa constantemente y se sostienen de lo que pueden para no quedar bajo la línea de la miseria escandalosa. Por último están los caídos, ya definitivamente marginados, a quienes cualquier limosna les viene bien. Sobre estos descerebrados serviles, indefensos, inermes y vulnerables por donde se los mire, descargan los medios no únicamente sus entretenimientos banales destinados constantemente a quemarles o adormecerles sus sentidos críticos y exacerbar sus miedos, sino también a lavarles todo rastro de conciencia acerca de sus reales posibilidades y poderes para sacudirse tanta mufa oscurantista, medioeval, retrógrada y reaccionaria.
Los apedreadores son los verdaderos pecadores y también lo son sus sicarios, sofistas y cínicos que recogen y arrojan las piedras, pero también es bueno que recuerden que se están lapidando a sí mismos y a quienes de ellos dependen.-

Amílcar Luis Blanco

DNI. 7.785.018

LA LAMPARA DE ALADINO Y EL OJO DE AGUJA BIBLICO

LA LÁMPARA DE ALADINO Y EL OJO DE AGUJA BÍBLICO.-Así como el genio de la lámpara de Aladino representa el mito de la potencia para realizar nuestros deseos como un objeto perdido con el que podríamos toparnos accidentalmente, aunque seamos pobres, es decir, la creencia en el milagro que mejorará nuestra vida, azaroso e infinitesimal, el del ojo de aguja para que un rico entre en el reino de los cielos de los evangelios, me ha llevado a considerar, en estos días de debate mediático, invirtiéndolo, que el ojo de aguja para que un pobre pueda ingresar al reino de la libertad de expresión, muy improbable o casi imposible para el pobre tanto como el milagro del encuentro con la lámpara, es o fue hasta ahora, que duda cabe, el derecho de propiedad. Pero no un derecho de propiedad cualquiera, el que nos basta a la mayoría de nosotros para comer, vestirnos y tener un techo y a veces ni siquiera eso, porque ese sería un ojo de aguja ancho que nos incluiría a todos, sino el más estrecho, el que se dimensiona en base a una selectividad suficiente, que si bien no es apta para ingresar al reino de los cielos, habilita al elegido por la fortuna como para subirse a un último modelo, tener una embarcación y ausentarse de vez en cuando a Europa a Miami o donde fuere. Es decir, para ser dueño de un periódico de circulación respetable, de una radio o un canal de televisión de alcance más o menos ponderable, hasta hoy, hay que ser propietario también de una considerable cuenta bancaria; ya sea que el señorío lo ejerza una persona de carne y hueso o una asociación de personas se deben reunir las sumas de dinero necesarias para adquirir o alquilar inmuebles, equipos costosos, contratar personal especializado, etcétera.
Es por eso que los servicios de difusión de información y opinión, sobre todo los que se cumplen a través de medios audiovisuales, van a parar a manos de los que más tienen ¿Cuántos pequeños operadores de cables o radios tuvieron que venderles sus emprendimientos a los monopolios? También es una verdad que los que más tienen se asocian irremediablemente con sus pares, ya que, si entre bueyes puede haber cornadas, las heridas de quienes podrían competir embistiéndose se curan de antemano formando un frente común, monopólico, únicamente entre ellos y, también, entre quienes pueden pagarles los costosos espacios que utilizan en centímetros de papel o en ondas radioeléctricas o en microondas para difundir publicidades también costosísimas. “Si no puedes con el enemigo únete a él” y “la plata llama a la plata”, como se suele decir, refiriéndose en ambos casos al proceso de concentración; en este caso de riqueza y de medios. Pero no sólo a la plata llama la plata, sino también a los que tienen la plata y el poder, y a las ideas o los principios que suelen inspirar el pensamiento de los felices integrantes de esta clase social “unida” a la que materialmente, para vivir y sostenerse, le basta con asistir a reuniones sociales para establecer contactos o a sus despachos a dar directivas desde celulares y computadoras, sin que jamás pese sobre ellos la angustia, ansiedad, miedos y otras preocupaciones fastidiosas como la de llegar a fin de mes que, en cambio, deben sobrellevar la mayoría de desheredados a quienes se dirige sin pausa el mensaje que los amos mediáticos producen, crean y emiten inspirados en sus ideas y pensamientos de “unidad”. Es así que el mensaje de los que más tienen orienta la vida y el pensamiento de los millones de seres que vivimos como podemos y pagamos hasta lo que no tenemos para que lo sigan haciendo. Nos dice qué es importante, en quién debemos creer, cómo debemos comer, vestirnos, caminar, amar, desear, odiar y, sobre todo, qué debemos tener y comprar para que nuestras vidas sean exitosas y, por último, qué debemos pensar. En realidad nos dejan sordos y ciegos con un alud incesante de discursos, imágenes, propagandas, noticias, informaciones, opiniones, etc., que machacan sobre nuestras conciencias noche y día relegando nuestra capacidad crítica de respuesta a una especie de desván de objetos perdidos en un rincón de nuestros cerebros. En una palabra, nos descerebran.
De ahí que la importancia de la nueva norma que regulará los medios audiovisuales, al quebrar los monopolios ejercidos por los capitales privados, asignándoles un tercio de las ondas y permitir que una tercera parte del espacio audiovisual sea ocupado por personas y entidades sin fines de lucro y otra tercera parte por el Estado, tiene el doble efecto de achicar el ojo de aguja para el capital monopólico y de agrandarlo para los que menos tenemos, poniendo en nuestras manos el poder de acceder al espacio audiovisual con recursos modestos, ya que se proyecta sobre la posibilidad que tendremos de rescatar nuestra conciencia crítica del desván de objetos perdidos como una vieja lámpara de Aladino, para que podamos encontrarnos con nuestro genio creativo hundido y llevar una vida nueva en la que nuestros deseos surjan de la autenticidad que confiere la verdadera libertad, que es la de poder elegir y tener para hacerlo distintos mensajes, entre los cuales, también, habrá más posibilidades de que esté el nuestro si, aún con escasez patrimonial, somos capaces de unirnos.
Amílcar Luis Blanco
DNI. 7.785.018

"El árbol que no deja ver el bosque"

EL ARBOL QUE NO DEJA VER EL BOSQUE.- Como las ardillas, roedoras, movedizas y ubicuas, los integrantes de una oposición política, siempre dispersa a la hora de disfrutar sus prebendas de políticos, cascar y comer sus bellotas y nueces, pero férreamente unida a la hora de decir no a cualquier proyecto del Gobierno que pueda restarles protagonismo y sin importarles que el destinatario de toda política, económica o de otra índole, sea el pueblo de la Nación, especialmente el marginado, usufructúan sin límites los producidos del árbol del que viven y tratan, con sus aliados mediáticos, que a los que no participamos del banquete pero sí de las consecuencias, no nos deje ver el bosque.
Sacan a relucir, con su cuantiosa hojarasca, las formas jurídicas; una Carta Orgánica del Banco Central que le confiere autonomía a este organismo frente a los tres poderes del Estado y que sólo mantiene con estos rocambolescas, por lo inverosímiles y casi impracticables, relaciones a fin de que quienes manejen nuestras reservas monetarias no seamos nosotros mismos a través de los gobiernos que votamos sino los organismos internacionales y los países centrales dominantes. Plexo jurídico que nació en la década de 1930 y que permitía a Inglaterra, Francia y otros países disponer de nuestras reservas como si fueran propias. Ocultan u oscurecen en cambio los contenidos jurídicos y políticos básicos de nuestra Ley de leyes que es la Constitución de la Nación Argentina. Pasan por alto, en un contexto de crisis económica internacional, que en su artículo 99 esta autorice a la Presidenta a decretar, con necesidad y urgencia, la formación de un fondo con reservas de libre disponibilidad para hacer frente al pago de la deuda externa pública durante el 2010, liberando las partidas del presupuesto que le permitirán disponer de esta gran cantidad de recursos a favor del pueblo de la Nación, para promover su capacidad de consumo, inversión y producción, a través de su propio sistema financiero y sus propias empresas, es decir el aprovechamiento de toda esa masa de dinero que redundará en desarrollo, crecimiento y beneficio de todos los que vivimos en este territorio; porque sabido es que si el capital se globaliza y no tiene fronteras, la pobreza y la miseria del tercer mundo, África, Asia y América Latina, sí tiene territorio y fronteras. Límites que son infranqueables para quienes carecen de oportunidades económicas. El capital viaja en los bolsillos y las cuentas bancarias de los capitalistas que también se desplazan con felicidad y alegría hacia los destinos turísticos de todos los rincones del planeta y, si este fuera un gran bosque, podríamos verlos ocupando cada recodo de la floresta. Pero los pobres, los que padecen hambre y necesidades de todo tipo no viajan a ninguna parte, deben permanecer dentro de las fronteras de sus necesidades y miserias que, por supuesto, no les permiten levantar vuelo para siquiera a veces ver el bosque. Sin embargo, las reservas, recursos financieros que provienen del trabajo argentino, son utilizadas por otros, la plusvalía acumulada por la transpiración de los hombres y mujeres que trabajamos, padecemos y votamos un gobierno para que nos represente y ejerza plenamente todas las facultades políticas soberanas que les delegamos, es utilizada por otros; se deposita en cuentas en Basilea o en el FMI y es prestada a los organismos internacionales y a través de estos a otros países a una bajísima tasa de interés, no supera el 3 %.- Es decir, el interés, precio del dinero, es sumamente barato y los demás, los capitalistas, lo aprovechan. Ahora, cuando nosotros emitimos títulos de deuda pública para obtener dinero (divisas, recursos) en los mercados de capitales pagamos un interés que supera el 10 %. Es decir pagamos carísimo lo que prestamos baratísimo ¿Por qué razón? Porque respetamos instrumentos jurídicos como la Carta Orgánica del Banco Central. Pero ¿Por qué no destacamos y ponemos sobre este instrumento jurídico, como jerárquicamente corresponde, a nuestra Constitución? Porque nuestros políticos, que viven del árbol de la política y quieren mantenerse en él y coparlo prefieren oponerse a una medida inteligente que les resta protagonismo. Es decir, entre el Pueblo de la Nación y ellos, se eligen a sí mismos. Prefieren agitar la hojarasca de la pseudo legalidad. Prefieren que un burócrata prevalezca sobre el jefe máximo de la Administración, libre y mayoritariamente votado por el pueblo, aunque esto incluso, financieramente, en los mercados internacionales de los capitalistas e inversores medrosos y pusilánimes que cuidan su dinero y su poder, nos perjudique claramente haciendo caer los valores de los títulos de nuestra deuda pública. Esto desde el punto de vista económico, ya que desde la perspectiva de la ética y la política poner la vigencia de la Carta Orgánica del Banco Central por sobre la vigencia de la Constitución tiene el mismo significado histórico, ético y político que tuvo, durante los años de plomo, haber puesto un bando militar por encima de la Constitución. No nos dejemos engañar asomémonos más allá del horizonte que proponen las ardillas y escudriñemos la floresta en su conjunto.-

Amílcar Luis Blanco