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viernes, 26 de abril de 2013

TU BOCA
























¡Qué universal tu boca amparadora
de sombras quebrantadas y de auroras,
empalagada por las dulces horas,
empalagada y empalagadora!
¡Cuántos filos de alas a sus dientes
pusieron su mordaza labio a labio
y cuántas, amadora, partió tazas
con otras secas llagas dulcemente!
Y ahora procaz, lasciva y envolvente
unta en oleos mi fálica locura
para tornarme mas concupiscente
y hace estallar en gozos mi cordura.
¡Ay mujer, me desnudan los azotes
de tu sensual y lánguida ternura,
toda succión y lengua y arduos brotes
rendidos aros, arcos, camalotes
urdidos por los sueños y las sombras
en el lecho de amor, tenues alfombras
y para nuestros cuerpos blandas rocas
partiéndose a partir de nuestras bocas.

Amílcar Luis Blanco

NUESTRO BESO


Sentir tu boca dentro de mis labios
Mi lengua con tu lengua, confundidas,
y succiones que sorben sin medidas
los sabores del mar y los resabios
de dos pomas heridas.
Brindar hasta los dientes para olvidar agravios
que la distancia puso en nuestras vidas
y por eso besar con besos sabios;
laxas nuestras quijadas, distendidas.
Y serán en las sombras nuestras bocas,
partiéndonos la sed con los escabios,
dos cristalinas copas,
dejándonos las cejas aturdidas,
aflojando sin fin llagas y agrios
vértigos que nos dejan ateridas
las carnes cual metálicos arrabios

Amilcar Luis Blanco

miércoles, 24 de abril de 2013

TU SONRISA





















Me recojo hecho astillas
después de tu sonrisa
que golpea en el tiempo que soy
hasta perderme.
Sin embargo navego
surto en su vela blanca
por el mar taciturno y azul
de la esperanza.
Mi corazón se niega
y no acepta el ultraje
de haberse muerto tanto.
Solitario navego,
marinero del ansia,
dentro del cubicaje
mínimo de mis párpados.
Voy detrás de la ausencia
de tu sonrisa blanca,
a la deriva siempre
del adiós que no cesa.

Amílcar Luis Blanco. (Fotografía de la actriz sueca Lena Olin)

sábado, 20 de abril de 2013

CUANTO TE VAYAS



























Cuando te vayas,
nadie habrá cuando te vayas
para que puedas despedirte,
sólo estarán la hierba, el polvo de la tarde,
mezclando entre las hojas amarillas de otoño
el légamo de suelo itinerante
que dejaron tus pies.

Solas, huellas indecisas, entregadas al viento,
quedarán de tus pasos entre luces y penumbras,
un invisible arrojo sin cuerpo ya, sin rostro,
un movimiento apenas del aire transparente.
Repetirán el mundo de tu oído
los pájaros gorjeando y un tañer de campanas
cayéndose a los lejos.

La soledad entonces, las sílabas del fuego,
espacios consternados vueltos hacia las sombras
y en el éter sin nadie las huecas compañías,
los vahos, los alcoholes, los humos sin palabras.

Cuando te vayas nadie sabrá que te has marchado,
quedarán los silencios que guardan los adioses
y ahondan las tinieblas y párpados del alba.
El tiempo habrá absorbido los sueños, la esperanza.

Amílcar Luis Blanco ("Marina de atardecer" Oleo por Rubén de Luis)


martes, 16 de abril de 2013

ROMANCE DEL DESENGAÑO

































Bien medida y entrazada
urdió un romance la moza
Y en sus íntimas ropillas
sus poros cual lagrimales
se aliviaron de calores
quiero decir, se mojaron.

Cuántos ardores intensos
se pintaron en su espejo
Por dentro llamas de hoguera
y  arreboles por afuera
Latigos de pura sangre
lamiéndole los malvones
de sus coronados pechos;
latir, temblar en barbecho.

El prometerse un romance
dejó escandido su cuerpo,
pero le ahuecó en las manos
una sorpresiva ausencia
de puro amor sin espuelas.

Ahora busca en las nubes
y el rostro de amor se borra
hecho viento y sur y vela.

Amílcar Luis Blanco  ("El desengaño" por Adriana Almanza)


jueves, 11 de abril de 2013

ORO Y PLATA




Llora que llora y llora
oro y  plata por el bache
de blanca luz y perfora
sus mejillas azabache;
un agujero profundo
en cuya espesura late
lo desolador del mundo.
Un untuoso chocolate,
sucio de fulgor agrava
ollejos de mosto y risa
que cada vez más embriaga
la enfermedad y la prisa
por ganar y por tener,
por tener y por ganar,
la luna está por perder,
el negror no va a escampar.

En la esterlina y el broche,
en la negra, negra noche
y en el fulgor de arduo puro
se escabulle la mulata
fumada en aliento oscuro,
ya sin pudor y sin bata
hecha labios, senos, grupa,
ancas, pubis, pantorrillas,
hecha papusa y a upa
sobre las pardas rodillas.
del pardo de cuello duro
para quien se desnudó;
él será el galán y el muro.
De su amor la  separó.
Llora por eso su pena
y siempre la llorará.
La plata fue su condena
y el oro su soledad.

Amílcar Luis Blanco



sábado, 6 de abril de 2013

TANGO BAR ("Los mareados")

























Que nadie pierda el ritmo
sensual de la magnolia
en este vertedero de ilusiones
donde se ajusta el alma.
Y que todos bebamos sin sospechas
ese trago de ajenjo
que nos limpia de sombras
¿No es éste el vertedero de la ilusión acaso?
El pulso vegetal que nos anima
a entregarnos al alma silenciosa
del alcohol o al sabor de la vendimia
mezclándole el brebaje del ocaso.
¿No estamos hechos todos
de porvenir y ausencias?
Iguales a esa luz que se desliza
y resbala en las lindes del estaño
o se queda en las copas zigzagueante
mientras suena en el arco de la tarde
la tripa de un violín que nos desnuda.

En el humo se parten las palabras
o susurran o gruñen o clarean
en el oscurecer de los sentidos,
oír y ver y hablar, mover los gestos,
las poleas del ansia,
las palancas del sueño,
y tragar la tristeza,
para encontrar el zumo del deleite
en el líquido ufano del olvido
y darle tregua a todos los fantasmas
que rondan el vapor que se despide
desde las mesas y desde los paños
donde ruedan las bolas y los tacos,
golpeando en el pesar de los destinos
y después ya discurren y segregan
restallantes desgracias expandidas,
desactivadas, sin las espoletas,
vueltas negras materias y neblinas
para que algunos puedan entregarse
a un sopor vegetal que los alivie.-

Amílcar Luis Blanco


viernes, 5 de abril de 2013

EL RELOJ

























Nos caemos sin fin por todas partes
y del reloj sin duda nos lastima
la soledad latiendo entre silencios;
su corazón de la pared pendiente.
Que el ojo numeral y sucesivo
vuelto hacia dentro
del transcurso interior
no se detenga
y desde cada instante a cada otro,
velozmente transidos, proyectados,
chequée nuestro ser en descubierto.
Así nos desplazamos
junto a la parquedad de su ostracismo
y mi ansiedad golpea en su materia
y lo machaca, ablanda y aún estira,
pero él sigue en su sitio tercamente,
tan sigilosamente destruyéndonos
corroyéndonos
y, ciegamente,
vigilándonos
como un testigo mudo; 
ese robot construido
de sideral ausencia,
de metales y flejes y poleas,
tan visceral  y objeto sin embargo
marcándonos la vida,
dando la nota seca y monocorde
en el centro conspicuo
de este mundo en concierto
hasta que gire el último compás
en descubierto.


Amílcar Luis Blanco ("Reloj" por Salvador Dalí)

lunes, 1 de abril de 2013

OJOS NEGROS






Luna de amor y extraño vertedero,
ojos color café
en cuyo estigio lago se reflejan
llamas del fuego frío de una rosa
que tiene pétalos de sed.

El lirio y la azucena precipitan
en brillo su color
hecho de luz y en torbellino arden
en el oscuro río de la tarde
que tiembla en el alud.

Y en sustancia de noche,
en palpitar de estrella,
tus pupilas me laten
adentro de la hondura que me abres
cada vez que me miras y me dejas
bajo el arco desnudo de tus cejas.


Amílcar Luis Blanco