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miércoles, 26 de mayo de 2021

MELANCOLÍA

 


El cielo es el silencio  detrás de la ventana.

Un objeto cualquiera hunde su transparencia

y suele compungirnos igual a una presencia

ignorada o ausente, una memoria vana.


Párpados entornados. La cerrada persiana

del alma cuando evoca. Mutismo e inmanencia

nos inundan a veces. La pálida insistencia

de una angustia que vuelve habitual y cercana.


Melancólica unción, brebaje de un recuerdo,

de un breve trago amargo trazado en el semblante.

Una sombra caída en el sol del instante.


Un alcohol amarillo descendiendo en el lerdo

costurón del ocaso. La locura del cuerdo

o la triste alegría del amor inconstante.


Amílcar Luis Blanco (Obra plástica de Alicia Marano)

martes, 25 de mayo de 2021

LA ROSA



 Quizá la rosa sea un ardor de la sangre bajo el agua.

Quizá la rosa duela más allá de la angustia y de la ausencia.

O ella sostenga pétalos para cernir tu enagua

O ella se agite al viento para turbar el sol de tu presencia.

Surtir el centro del amarillo instante, del terciopelo rojo,

de la blanca cadencia que te adornó la boda

o un enjambre de glorias y el encendido antojo

que transportó  tu sexo al dolor de la alcoba

cuando todo comienza y hablan las despedidas

con la muda elocuencia de lo desconocido.

Allí estará tu madre y tus largas partidas

cuando te rebelaste hecha furia y sonido.

La rosa guarda fresca su estructura de labios.

La efímera hendidura, su corazón de polen y la añeja

condición del recuerdo de los estigmas sabios

agrupadas en ramos, en rococó, en guedejas-

La rosa es una blanca y efímera pollera

donde el rocío urde su exposición de cielos.

Cubre las intemperies igual a una bandera

Sus pimpollos prometen una furia de anhelos.


Amílcar Luis Blanco

lunes, 24 de mayo de 2021

EL GRITO





 Todo muere y decrece en el olvido.

Nuestro todo que es nada.

Cuyas orillas son nuestra mirada.

Todo guarda un extraño sin sentido.


El mundo está en nosotros. Lo perdido

teje una ausencia siempre en retirada.

Huye, es el tiempo, es la descuidada

costumbre, la palabra, el vano ruido.


Nos vamos deslizando, nadie atiende

el grito de socorro y la garganta

se envuelve en el silencio que la espanta.


La soledad es una espada y pende

sobre la luz que oscila y se defiende

de la sombra interior que la atraganta.


Amílcar Luis Blanco (Oleo sobre tela de Edward Munch)