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sábado, 25 de junio de 2011

Esperarte


Esperarte así, sin cesar,
desnuda la esperanza
del latido de ti hasta mi garganta;
entre llegada y despedida
torna ternura la tortura;
fortalece mi muerte hecha de ausencias
hondas como la vida.

Tendido en la tiniebla junto al día
Cuido tu amanecer y tu partida

Aún cuando en la luz
te espere inútilmente.
Contra lo que me dicta la experiencia.
Contra lo que me dice la templanza.
Contra lo que razona la consciencia.

Apasionadamente,
ardiéndome las manos entre la helada sombra;
hija del mar, desnuda entre la arena,
esperaré tu cuerpo y tu melena
para sumirme bien salvajemente
en su espesura atroz de selva buena.

Amilcar Luis Blanco


Horacio Rega Molina
POEMANÍA






HORACIO REGA MOLINA (*)





MONOGRAFÍA DE UNA MANO LABRADORA




La mano sin tocar, sin hacer nada,

Máscara en sombra clara y luz obscura,

Ceñida piel de tierra cultivada

Y venas como riacho de llanura.



En cinco dinastías renovada

Su fuerza y benemérita dulzura.

La palma es de su amor la bocanada

Que en el nudo del puño se asegura.



Firme, parece en su sopor profundo

Que en síntesis del hombre y de su mundo

Pesara mucha más que todo peso.



Pero la mano, como ayer, ahora

Sabe lo que es y lo que puede, y llora

Con una seca lágrima de hueso.






ODA CON UN CABALLO PATRIO



El caballo encontróse de pronto con que le faltaba el cuerpo del jinete.

Ninguna afirmación entre el cenit y su lomo.

Bravocea al desafío atávico de las distancias.

Su indeleble trote era merced innecesaria

pues hecho estaba al peso de una imagen cuyo nombre

hacía volver la cabeza al enigma

aunque era como el árbol, que ya nace descrito

y patriarcaba, dichosa, en el vino nuestro de cada pulpería.

Las riendas perdían ataduras de la soledad

acariñado el amarillecer del pasto fundido al suelo como sarro

en esa fosca noche

en que una estrella le roba el fuego a otra estrella.

La bien hinchada luna olía a frutos del país.

Entonces se destuvo, levantó la testa, dilató los ollares,

miróse luego los cascos que mahirieron el sentido dinástico de las flores

olió su propio olor de fogata de cuero,

y se reconoció potro nacido a cuatro rumbos,

aquella mañana, cuando el oírse como en los primeros tiempos

el versículo veintiocho del Génesis

los hacendados pusieron en el fuego los hierros de marcar.

Su condición de bestia caída, expulsada del paraíso de las bestias

tornóse portentosa al dejarle la sombra

tan sólo las formas más salientes

como esos objetos envueltos en un lienzo.

La mitad de la noche parecía haber encontrado el buen camino

de su estado a la espera de un acto, de una súbita

iluminación del espíritu nocturno.

Y pensó:

Todos los días hay alguien que resucita.

En ese mismo instante fue tomado de las riendas

hacia un espacio de otra geografía equivalente a su tamaño,

crecido milagrosamente en el lugar donde estaba

con límites de palenques florecidos por la fiebre de la madera

porque las tierras donde nacen y mueren los caballos

son las favoritas de Dios.







AL POETA ANDRÉS DEL POZO

Que me envió una baldosa de la casa natal donde nací





Oh tú, que al repertorio de mis penas

Envías de mi casa una baldosa,

En la que el tiempo, que jamás reposa,

Fijó recuerdos y detuvo arenas.



Pequeño territorio donde apenas

Cabe mi pie, y adolescente rosa

Por su color; y por su forma, losa

Del primer niño que se ahogó en mis venas.



Cuando pienso en el patio y su rumores,

En el hueco dejado, y que así rueda

Hasta mi amor, abandonando amores,



En parecida soledad me encierro,

Pues desde ahora todo lo que queda

Fuerza de esaq baldosa es mi destierro.







LA CASA DEL ACUERDO





He aquí que, como hace tantos años, la calle

Se llena de galeras de rancia y alta caja.

Se abre una portezuela crepuscular ¿Quién baja?

¿De quién es ese rostro, ese pecho, ese talle?



Caballeros que llegan de la ciudad, del valle,

De la montaña. Polvo con agua y nieve cuaja

Cada rueda de cada vehículo en que viaja

La patria misma, para que la guerra no estalle.



Un farol plañe luces. Las sanguíneas baldosas

Reverberan. La hierba nace entre sus junturas.

El aire acuña voces. ¿Quién olvida estas cosas?



¿Pedestal de qué heroica figura es el aljibe?

De pronto hay un silencio preñado de futuras

Grandezas. Alguien llora. Y el acuerdo se escribe.





(*)Horacio Rega Molina: nació en San Nicolás (provincia de Buenos Aires) en 1899 y murió en la Capital Federal, en 1957. Entre su obra poética publicada, podemos nombrar “La hora encantada” (1919); “El poema de la lluvia” (1922); “El árbol fragante” (1923); “La víspera del buen amor” ( 1925); “Domingos dibujados desde una ventana” (1928); “Azul de mapa” (1931); “Oda provincial” (1940); “Sonetos con sentencia de muerte” (1940); “Raíz y copa” (1943); “Patria del campo” (1946); “Sonetos de mi sangre” (1951); “Antología poética” (1954). En 1994 Plus Ultra editó sus dos libros póstumos, “Odas de vivac y de a caballo”, y “Consagración del fuego” . Fue un gran colaborador de distintos médios gráficos del país y el extranjero. Ganó, entre otras

miércoles, 22 de junio de 2011

MI NIÑO MARINERO


Hijo del mar,hijo del cielo,
mi niño marinero.
En el aura de tu piel
yace una sierpe dormida,
serpiente de mar y fuego,
de espuma envuelta en candela,
mi boca no se resiste
y la besa con cautela.
Niño de mil azucenas,
el que duerme a la serena
sobre la arena encendida
en brasas que la devoran,
ven esta noche a mi lecho,
antes que despunte el alba,
que una corona de rosas
prenderé sobre tu alma.
Niño de mis entretelas,
el que golpea mis sienes
con el martillo infinito
del amor que va y que vuelve,
reposa sobre mi pecho
tu testa orlada de flores,
que colmaré con amores
tu hambre y tu sed de viento.
Niño hermoso del sur,
el de espalda perfumada
de salitre y caracolas,
que los mares siempre traigan
a mi recuerdo tu imagen,
la esbelta efigie del héroe
de una tragedia troyana.
Hijo del mar, hijo del cielo,
mi niño marinero...

Mayte Dalianegra.

MAYTE DALIANEGRA.- Ella ha dicho de sí misma: "Acerca de mí
Viajera incansable, pintora vocacional y aficionada a la escritura, amante de la literatura, el arte, la historia, el cine, la música y la cocina" Agrego yo: Gran Poeta y antóloga asturiana. Este es uno de los tantos poemas en los que muestra su aguda sensibilidad, su exquisito buen gusto, la autenticidad profunda de su hondo sentido poético en el que predomina una sensualidad expresiva muy particular unida a una erudición envidiable en mitología, historia y artes plásticas. Es una de mis poetas de hoy más admiradas, sobre todo porque es heredera de una tradición poética a la que no renuncia pese a la actualidad de su lírica siempre rica y original.

Hija de la esperanza.-


Para mi tu mirada quebró sombras,

senderos y distancias

Aguas de luz en pómulos y frente,

patinaron sus ansias.

Adioses y caricias mezclados con delfines

que a mares de delicias escapaban

de tristezas amargas.

En tus ojos de miel, auroras con mohines

de padres asomados a tu cuna

aliviaban sus cargas

de dolores y penas y aflojaban trajines

en tu sonrisa rauda de princesa emoliente,

recién llegada al mundo, toda boca de beso,

surtía la alegría su diamantina fuente

y la aurora se abría con tu primer bostezo.


Amilcar Luis Blanco

lunes, 20 de junio de 2011

Jorge Boccanera


Ella

Viene despacio
entra
tropieza con mi tos
con mi costumbre de dejar la nuca
en cualquier parte
viene despacio
ordena mis silencios
desata las palabras necesarias
recibe la correspondencia de mis ojos
viene despacio
a tender sus manteles de ternura
viene despacio
apenas hecha humo para no despertarme
se abre paso entre vasos arrojados al día
retratos de mujeres
noches de bronca y noches de ginebra
viene despacio
con su enchape celeste subiéndose a mis mástiles
viene despacio
entra
se arrodilla al borde de mi alma
y junta los fragmentos de mi risa
después... se vuela azul como la tarde.



Jorge Boccanera

Poeta, dramaturgo y ensayista argentino nacido en Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires, en 1952.
Desde 1976, a raíz del golpe de estado en su país, vivió largo tiempo exiliado en México y Centroamérica, ejerciendo
periodismo y colaborando en muchas actividades literarias . Al caer la dictadura militar se radicó nuevamente en su país,
dedicándose por completo a la literatura.
En 1976 obtuvo el premio "Casa de las Américas" de Cuba, posteriormente el "Premio Nacional de poesía joven" en México
y en 2008 el VIII Premio Casa de América de Poesía Americana por su libro "Palma real".
De sus libros de poesía merecen destacarse: Los espantapájaros suicidas en 1974, Noticias de una mujer cualquiera en 1976, Contraseña en 1976, Poemas del tamaño de una naranja en 1979, Música de fagot y piernas de Victoria en 1979,
Los ojos del pájaro quemado en 1980, Polvo para morder en 1986, Sordomuda en 1991, Zona de Tolerancia en 1998
y Bestias en un hotel de paso en 2001. ©

sábado, 18 de junio de 2011

Poema dedicado a Francisco Urondo.


Ese llevar la muerte toda entera
adentro de las ganas
Y comprender desde el herido
y desde el ofensor esclavizado,
en el mismo martirio,
el sentido fatal de ser cualquiera
para recibir la cuchillada.

Ese aceptar adentro de la calma
cada lastimadura cotidiana
Y comprender y no poner el rostro
para la benefactora cachetada,
sino poner las manos contra filos,
el pecho contra balas
y el escozor contra el peligro enhiesto
de sólo una mirada.

Hermano, se me corren los cojones,
de que tanto valor quepa en un hombre
en una sola vida desgraciada.
En mi vida tu joya resplandece
por haberte leído, me parece,
por sospechar tan sólo tu coartada
para una muerte injusta, enamorada.

Amílcar Luis Blanco

viernes, 17 de junio de 2011

Tortoni de los Fernández Moreno

No obstante mis urgencias he venido
a tomar un café y estoy sentado
en el vasto salón superpoblado
de este viejo Tortoni conocido.

Ignoro, Padre, si una vez, corrido,
circunstante fugaz de este colmado,
a turistas ahora destinado,
en su recinto un faso habrás fumado.

Hoy, sin la lluvia, con cinismo extraño,
lo que vivió y murió poético antaño
suena en los versos, núblase en las letras.

Del subterráneo, demasiada gente,
sube como marea lentamente.
Pasan payasos, tiempos y planetas.

Amílcar Luis Blanco

El Café Tortoni, ubicado en el 825 de la Avenida de Mayo, en la Ciudad de Buenos Aires, es el más representativo del espíritu tradicional de dicha avenida y una leyenda de la ciudad. En él funcionó la peña literaria de mayor predicamento de Buenos Aires, liderada por el pintor Benito Quinquela Martín.[

Café de París

A pesar de la lluvia yo he salido
a tomar un café. Y estoy sentado
tras el cristal vibrante y empañado
de este café a poetas ofrecido.

¡Pero tú nunca, padre, habrás venido
de tu vida a trasmano fatigado
a fumar un Gauloise bien apretado
en el barrio latino consabido!

Melancólico, acaso más abierto
tu hijo te trae ahora, padre muerto.
Vuelves a mi, te alejas, te me pierdes,

la lluvia insiste, núblanse mis ojos.
Pasa un clochard envuelto en sus despojos
ruedan los grandes autobuses verdes.

Cesar Fernández Moreno.-

César Fernández Moreno





(Buenos Aires, 1919 - París, 1985) Poeta y ensayista argentino, representante de la Generación del 40, pero que se identificó con las posteriores, no sólo a través de su obra creativa sino como antólogo y teórico de las nuevas corrientes.

Fundó y dirigió la colección poética Fontefriada y las revistas literarias Contrapunto, Correspondencia y Zona; fue crítico de cine en la revista Nosotros, colaborador del diario La Nación y de la revista Sur. Cubrió la etapa poética de la Generación del 40 como cronista y escritor; como crítico, situó principalmente los núcleos generacionales de la poesía de vanguardia argentina, lo que se documenta en su obra La realidad y los papeles (1967).

Su primer libro, Gallo ciego (1940), contó con un famoso prólogo en verso de su padre, B. Fernández Moreno. A esta época también corresponden Romance de Valle Verde (1941), La mano y el seno (1941), El alegre ciprés (1941), La palma de la mano (1941).

Sin embargo, en 1953, con la publicación de Veinte años después, va a dar un giro sustancial, dirigido a un nuevo tipo de poesía, menos preocupada por el brillo formal y abierta a lo que en aquellos años se conoció como poesía conversacional. Esta tendencia tuvo en el mismo Fernández Moreno, en el nicaragüense Ernesto Cardenal y en el uruguayo Mario Benedetti a sus máximos exponentes. En el caso del autor argentino, alcanzó su cumbre expresiva en el año 1963 con la publicación de Argentino hasta la muerte. En 1982, Fernández Moreno publicó Sentimientos completos, que reunía el conjunto de su obra poética hasta esa fecha.

Viejo Café Tortoni.-

A pesar de la lluvia yo he salido
a tomar un café. Estoy sentado
bajo el toldo tirante y empapado
de este viejo Tortoni conocido.

¡Cuántas veces, oh padre, habrás venido
de tus graves negocios fatigado,
a fumar un habano perfumado
y a jugar el tresillo consabido!

Melancólico, pobre, descubierto,
tu hijo te repite, padre muerto.
Suena la lluvia, núblanse mis ojos,

sale del subterráneo alguna gente,
pregona diarios una voz doliente,
ruedan los grandes autobuses rojos.

Baldomero Fernández Moreno

Buenos Aires - 1925

Baldomero Fernández Moreno (San Telmo, Buenos Aires, Argentina, 1886 − 1950) fue un poeta argentino y médico rural. Su poesía, universal y hondamente nacional al mismo tiempo, ha inmortalizado la estética de los barrios porteños y la cálida placidez de las provincias y sus características rurales.

Su soneto más recordado es «Setenta balcones y ninguna flor». Cabe mencionar también «Una estrella», «El poeta y la calle» y «La vaca muerta», o sus libros de poemas Versos de Negrita, Intermedio provinciano y Ciudad.

miércoles, 15 de junio de 2011

CAER DE LA TARDE


El viento atorbellina
Sobre las secas hojas amarillas
Su luz de compañía
Sus frecuentes nublados
El aire va poblándose de fríos
De soplos, de sospechas.
Contra las pálidas cortezas
Hay un desperezarse de las ramas
Un desprenderse de álgidas espumas
Un secarse interior, un contraerse,
Un arrugarse azul de nervaduras
Y un sutil violonchelo uniendo el tiempo
Atándolo al caerse de la tarde

martes, 14 de junio de 2011

Desde el Alma (Pugliese) Natacha Muriel & Lucas Magalhaes

Desde el alma.

Yo te bailo vibrante, desde mi alma,
con un impulso lánguido; apetito
de vals y de rodeo y de áureo mito
desde el liviano suelo de la calma.

Giro contigo en vórtices de fuego
se mezclan los alientos y humedecen tus manos
cada vez bien te toco, mal te ruego,
duérmete en mi, abandona llantos vanos
escrúpulos y miedos y bailemos
este vals desde el alma y elevemos
nuestra pasión, la llama de un deseo
quemándonos los cuerpos, sin arreo
o conteniéndonos apenas y giremos
otra vez y otra vez, en cada vuelta.

Los cuerpos se disuelven, se vierten y se esfuman.
Y el centro desde el suelo nos abre una compuerta
de nosotros al cielo; nuestros cuerpos exhuman
ese ángel en un vuelo hacia alturas, despiertan.

sábado, 11 de junio de 2011

Como pájaros en soledad


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Pájaros en la soledad, sombras del cielo
y ese encanto desnudo de querernos
y apresar con los cuerpos nuestro vuelo.

Latiéndonos las sienes.
Batiéndonos la sangre.
Entre encontrados trenes
que abandonan veloces
hacia opuestos enclaves
momentáneos y súbitos andenes.

Ungidos de silencio, distanciados,
pero teniéndonos en nuestra ausencia.
Aislados, nostalgiosos, aquietados;

escuchando pedazos de violines
en piares, gorjeos, silbos, sones;
en vibrato de viento y tamboriles.

Igualamos los trinos y los gritos
cual fieras que atesoran sus áureos apetitos

Siempre vibrantes.
Siempre parpadeantes.
Trémulos, frágiles, cotidianamente.

Pájaros en cárceles de soledades;
hombres, mujeres, tripas de arrabales,
en cuyas sombras tibias, transparentes,
vivimos y soñamos como iguales.


Música de lo ausente y extrañado.
Sonidos que nos llaman de muy lejos.
Voces llegan, urden un entramado

Es como si conversaran los espejos
Como si el tiempo no pasara
Y fuera
Agua yaciente, sombra entre reflejos.-

Desde el alma - Nelly Omar y Francisco Canaro

:: 23 tango dance orchestras : Miguel Caló ::


Francisco Urondo nació en Santa Fe en 1930. Poeta, periodista, académico y militante político, Paco Urondo dio su vida lunchando por el ideal de una sociedad más justa. "No hubo abismos entre experiencia y poesía para Urondo." –dice Juan Gelman– "corregía mucho sus poemas, pero supo que el único modo verdadero que un poeta tiene de corregir su obra es corregirse a sí mismo, buscar los caminos que van del misterio de la lengua al misterio de la gente. Paco fue entendido en eso y sus poemas quedarán para siempre en el espacio enigmático del encuentro del lector con su palabra. Fue –es– uno de los poetas en lengua castellana que con más valor y lucidez, y menos autocomplacencia, luchó con y contra la imposibilidad de la escritura. También luchó con y contra un sistema social encarnizado en crear sufrimiento."
Su obra poética comprende Historia antigua (1956), Breves (1959), Lugares (1961), Nombres (1963), Del otro lado (1967), Adolecer (1968) y Larga distancia (antología publicada en Madrid en 1971). Ha publicado también los libros de cuentos Todo eso (1966), Al tacto (1967); Veraneando y Sainete con variaciones (1966, teatro); Veinte años de poesía argentina (ensayo, 1968); Los pasos previos (novela, 1972), y en 1973, La patria fusilada, un libro de entrevistas sobre la masacre de Trelew del '72. Es autor en colaboración de los guiones cinematográficos de las películas Pajarito Gómez y Noche terrible, y ha adaptado para la televisión Madame Bovary de Flaubert, Rojo y Negro de Stendhal y Los Maïas de Eça de Queiroz. En 1968 fue nombrado Director General de Cultura de la Provincia de Santa Fe, y en 1973, Director del Departamento de Letras de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Como periodista colaboró en diversos medios del país y del extranjero, entre ellos, Primera Plana, Panorama, Crisis, La Opinión y Noticias.
Murió en Buenos Aires en junio 1976, enfrentando a la genocida dictadura militar. "Empuñé un arma porque busco la palabra justa", dijo alguna vez.

La pura verdad

Si ustedes lo permiten,
prefiero seguir viviendo.

Después de todo y de pensarlo bien, no tengo
motivos para quejarme o protestar:

siempre he vivido en la gloria: nada
importante me ha faltado.

Es cierto que nunca quise imposibles; enamorado
de las cosas de este mundo con inconsciencia y dolor
y miedo y apremio.

Muy de cerca he conocido la imperdonable alegría; tuve
sueños espantosos y buenos amores, ligeros y culpables.

Me averguenza verme cubierto de pretensiones; una gallina torpe,
melancólica, débil, poco interesante,

un abanico de plumas que el viento desprecia,
caminito que el tiempo ha borrado.

Los impulsos mordieron mi juventud y ahora, sin
darme cuenta, voy iniciando
una madurez equilibrada, capaz de enloquecer a
cualquiera o aburrir de golpe.

Mis errores han sido olvidados definitivamente; mi
memoria ha muerto y se queja
con otros dioses varados en el sueño y los malos sentimientos.

El perecedero, el sucio, el futuro, supo acobardarme,
pero lo he derrotado
para siempre; sé que futuro y memoria se vengarán algun día.
Pasaré desapercibido, con falsa humildad, como la
Cenicienta, aunque algunos

me recuerden con cariño o descubran mi zapatito
y también vayan muriendo.

No descarto la posibilidad
de la fama y del dinero; las bajas pasiones y la inclemencia.

La crueldad no me asusta y siempre viví deslumbrado
por el puro alcohol, el libro bien escrito, la carne perfecta.

Suelo confiar en mis fuerzas y en mi salud
y en mi destino y en la buena suerte:

sé que llegaré a ver la revolución, el salto temido
y acariciado, golpeando a la puerta de nuestra desidia.

Estoy seguro de llegar a vivir en el corazón de una palabra;
compartir este calor, esta fatalidad que quieta no
sirve y se corrompe.

Puedo hablar y escuchar la luz
y el color de la piel amada y enemiga y cercana.

Tocar el sueño y la impureza,
nacer con cada temblor gastado en la huida

Tropiezos heridos de muerte;
esperanza y dolor y cansancio y ganas.

Estar hablando, sostener
esta victoria, este puño; saludar, despedirme

Sin jactancias puedo decir
que la vida es lo mejor que conozco.

Francisco (Paco) Urondo

viernes, 10 de junio de 2011

Hablándome...


Hablándome se aliviarán tus penas,
Y viajarás al sueño y la distancia.
Liberarás tu fiera y tu fragancia.
Quebrarás el metal de tus cadenas

Nunca te juzgaré, no habrá condenas,
que bastante has sufrido; sólo el ansia
de contemplar erguida tu elegancia
y tus risas que son como azucenas

Me inspirará escucharte, tu prestancia,
tus ojos ámbar como dos diademas,
tu maternal amor y una flagrancia

de extensa simpatía y tus poemas
y esos frescos con luz y con sustancia
que son tus estandartes, tus emblemas.

jueves, 9 de junio de 2011

Antecedentes del poema que sigue.-

Este poema está inspirado en otros dos sonetos, de Baldomero y César Fernández Moreno, padre e hijo respectivamente que publiqué en este blog en el mes de mayo de 2010, si les interesa leerlos pueden ir clicando en el costado derecho y buscando la fecha

Tortoni de los Fernández Moreno


.-

No obstante mis urgencias he venido
a tomar un café y estoy sentado
en el vasto salón superpoblado
de este viejo Tortoni conocido.

Ignoro, Padre, si una vez, corrido,
circunstante fugaz de este colmado,
a turistas ahora destinado,
en su recinto un faso habrás fumado.

Hoy, sin la lluvia, con cinismo extraño,
lo que vivió y murió poético antaño
suena en los versos, núblase en las letras.

Del subterráneo, demasiada gente,
sube como marea lentamente.
Pasan payasos, tiempos y planetas.

Amílcar Luis Blanco

domingo, 5 de junio de 2011

Encenderé tu fiebre...


Yo licuaré con ansias tu saudade
engastando mis ojos en los tuyos
y libaré en tu boca los alcoholes
de lascivia y gemidos.

Encenderé la fiebre de tu sangre
y marearé la luz de tus sentidos
te seguiré besando en las madréporas
de abandonadas playas y sonidos

Te buscaré en los húmedos follajes;
respiraré tus aires y tus vellos
íntimos y salados, sin ropajes
que te nublen el cuerpo y tus cabellos.

Te montaré como a una corza en celo;
en tu grupa salvaje mi apetito
hará su devoción, hará su celo.
Los dos seremos un exhausto grito.

El otro


Quiero ser ese otro que te inicie
desde tu más legítimo comienzo.
El de la soledad que nos abarca.
El del mero silencio.

Quiero ser ese otro que te nazca
desde un dolor frugal y parturiento
Pero no como hijo, como el otro.
Igual de transparente, puro y cierto

Ese otro, por fin, para aunque llores
te sepas requerida en el encuentro
Y para que si tu cuerpo se extravía
te devuelva tu alma en un momento.

Quiero ser ese otro que te sigue
En cada paso y cada movimiento
Para que no te pierdas, aunque olvides
mi rostro ya de nadie, ya sin tiempo.

Quiero ser otra vez el que te inspire
Vivir para aceptarte en la batalla
Y en la lucha soñar enormes sueños
Aún en la vigilia mas canalla

miércoles, 1 de junio de 2011

Y mi sonrisa existe por la tuya

Y mi sonrisa existe por la tuya.
Eres el sol que está en mi mediodía.
Mi mirada en tu espalda se confía
y galopa en tu grupa, la hace suya.

Y mi mente sin duda se embarulla
En tus lomos navega y se holgaría
solazada en tu cuerpo; lo honraría
entre nieblas y brumas y agua y hulla

Y aunque arreciara el viento calmaría
con la ilusión de verte tanta bulla
porque por tí, tu dicha, yo daría

mi corazón, mi vida !Que apabulla
la noche de no verte! Quemaría
después de tí mis naves y la lucha.

MUJER


Mujer, casi extractada de tus ojos melados,
de tu boca de fruta,
de tus hados,
asomada a la gruta
de tus cielos pintados
Y a tus artesonados.

Deliciosa mujer que, cuanto más lejana
más cercana te encuentras, más humana;
de pómulos de ceras y manzanas.
Y de senos turgentes y cordiales
que delatan,
como frescos cubiertos por sedas y por panas,
los lúbricos instintos ancestrales,
los que de amor consuelan y no matan.

Las sirenas de escamas nacaradas,
verdes, grises, azules,
desveladas,
persiguen tus tesoros como corzos.
Y hay huríes sedientas cubiertas por los tules
rasgándole camisas
a centauros con torsos
émulos de abedules
y a donceles
en blancas efusiones de sonrisas
que surgen de tus gustos y sus mieles.

Esto de andar corriente
como un río
a bordo de un poético navío
e ingresar a los puertos y a la frente
de otros que arman bajeles
y poner en las ánforas claveles
es encender en lo escarchado y frío
una cándida hoguera de maternal estío.

ESTE POEMA

Este poema, nacido de tu corazón por mi preñado
es sólo mío y tuyo como un hijo
y lleva nuestro signo, nuestro estado,
único pulso de los dos temblores, amasijo
por nuestra sangre y mente pergeñado.

Surge de dos erráticas edades,
marcadas por amores y desprecios
como de nuestras mutuas soledades
y de antiguos instintos y deseos egregios
y de nuestras virtudes y maldades.

Fuimos los elegidos para este amor que tiene,
mil desafíos, mil dificultades.
Este amor que a distancia se sostiene
a fuerza contundente de verdades
que en nuestros corazones van y vienen.