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viernes, 30 de marzo de 2018

LLOVER






El agua como el cielo necesitan
ejercer su divino maridaje;
llover, porque el caer del agua es viaje
hacia el brillo en las sombras que palpitan.

Cae el agua en la luz, al viento agitan
párpados las arboledas. Hay encaje
de túnicas de llantos; precipitan
un mujeril encanto en el paisaje.

Agua de luz y viento con cristales
blandos y transparentes y fatales
arrecian sobre calles y veredas,

golpean frontispicios y alamedas
y sus pequeños puños chasquean los metales
y transportan montañas sobre ruedas.

Amílcar Luis Blanco

miércoles, 28 de marzo de 2018

EL AMOR NO ENVEJECE


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Para mis ojos que en su amor te observan
ni tu cuerpo o tu rostro habrán envejecido
jamás y mis pupilas ebrias de vos, conservan
mis ojos anteriores, los que te han conocido.

Entonces fuiste espiga, simiente doblegada,
fue cascada de oro tu pelo hacia la tierra.
La noche en las ojeras de tu piel nacarada
puso paz a tus días y a tus conquistas guerra.

Porque al amar no hay muerte y el amor resucita
tus ojos parecidos al dolor más oscuro
y también ejercita su angustia más contrita
al trazarte en los labios su placer inseguro.

Es decir la vejez llegó agraz, clandestina,
quiso ajar poco a poco tu lozana apostura
pero quedó la estrella de tus ojos, la fina
inquietud de tus labios, su frutal hermosura.

Y asimismo las canas de aquel torrente de oro
que las hicieron hebras de acendrada neblina
y apagaron hogueras para restar decoro 
a tus pómulos altos exhiben hoy su ruina.


Y aunque el mortal transcurso haya descompensado
el joven equilibrio de tu altivez esquiva
por el que se mostraba tu languidez de espiga
hoy sigo todavía siendo tu enamorado.

Amilcar Luis Blanco (Miniatura de Rosalba Carriera)

miércoles, 21 de marzo de 2018

LA SOLEDAD


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Llega la soledad en forma de olas
desde el mar del espanto sucesivo.
Desmaya su marea sin motivo
y retumba en las quietas caracolas.

Y un escozor de rojas amapolas
busca en el viento su mortal abrigo
y abrirle al cruel silencio algún postigo
hiriendo al abandono con trémulas corolas.

La voz del viento sobre el mar concita,
llama desde sus ráfagas gregarias
preñada de palabras y gritos y plegarias.

La soledad entonces se agrieta y necesita
escapar al silencio, volver a la marmita
donde cuece en el miedo sus sombras milenarias.

Amílcar Luis Blanco (Pintura de Fermín Eguía)


martes, 20 de marzo de 2018

Y TODOS POR EL PAN




Y todos por el pan de tarde en tarde
cargando el esperpento y la burrada
yendo de a dos en tres y de tres a millones
en los trenes plagiados con expresión cobarde,
con la piel de los rostros apagada
y una hinchadera turbia de cojones.

Hay que buscar el pan manos y manos
caminar por las calles, los andenes,
comprar los diarios y en los colectivos
estrechar en los cuerpos los futuros gusanos
y paladear sospechas y aguantar los retenes
mirarnos unos a otros como absortos testigos.

Ir ciegos por el pan aunque la miga pese
movernos pierna a pierna metejón de rutina
abrir los ojos vanos para mirar vidrieras
y aunque el verano pase y el otoño regrese
después de cada invierno con renovada inquina
sumergir en la angustia posibles primaveras.

El pan se lo merece; cortezas taciturnas
nos están esperando en todas las esquinas
para que las mordamos en hábitos de dientes
y tersos mamelucos en las jornadas diurnas
y llevemos hogazas de atesadas harinas
a las mesas vacías de los menos pudientes.

Por el pan caminamos sobre suelos rugosos
Por el pan amasamos con nuestras palmas duras
Por el pan desvividos le entramos a la guerra
Y damos nuestras sangres, sabios y generosos
y damos nuestras almas y nuestras estructuras
se desmoronan lentas en la insaciable tierra.

Amílcar Luis Blanco (Pintura de Fermín Eguía) 

lunes, 19 de marzo de 2018

CAFÉ ESTIGIO

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Hay tanta depresión en tu mirada,
tantas caídas de menudos daños.
Y ese café, ya estigio, sabe a engaños
amargos, desatados, a estocada.

Sabe a dolor agudo; el de la espada
que atravesó los días y tus años.
Y a grave soledad  y a desengaños
cubiertos por tu amor como coartada.

Y si amar fue sufrir, larga paciencia
e ignorar la traición y la insolencia,
ese café, sus  lágrimas oscuras,

yacientes en tus manos, son las duras
muertes que liquidaron la existencia
de aquel amor de antiguas amarguras.

Amílcar Luis Blanco (Pintura de Francis Van Hove)

domingo, 18 de marzo de 2018

TODAVÍA




Todavía la rosa y el cielo y todavía
el viento huracanado del otoño
y las hojas rodando y el retoño
plantado ayer, hoy flor de orfebrería.

Vivo el durar de vidas. Sinfonía
mareándose en mis ojos y el bisoño
reflejo audaz, insomne matrimonio
de la luz y el sonido en mi empatía.

Anido en el vivir aunque se vayan
de mí en torrente imágenes, olores,
como olas de sentires y sabores.

Las contemplo, las oigo, porque encallan
mis vivencias  con ellas cuando estallan 
en el vaivén del mar sus estertores.

Amílcar Luis Blanco (Pintura de Iván Angelov)


viernes, 16 de marzo de 2018

LA MELANCOLIA


Melancolia

Desde ya, desde siempre, huera y una,
la tibia y amarilla melancolía,
miel, alcohol o rincón con melodía,
disimula y  esparce su tenaz alma bruna.

Una tristeza brava batalla en cada luna
y en la blancura extiende su latido y porfía
por amargar instantes de dulzura tardia
en lentos fotogramas de olvidada fortuna.

Su secreto marrón puesto en sepia relente,
se filtra en mesas turbias y bruñidos estaños,
persigue mis pupilas y persigue mis años;

remeda un mundo urgido por tediosa pendiente.
donde resbala oblicua la cordura aparente
y toda ella declina sustantivos engaños.

Amílcar Luis Blanco ("Melancolía", oleo sobre lienzo de Florencia Menéndez)

miércoles, 14 de marzo de 2018

TARDE MUJER



Una mujer nace desde sus zapatos
y crece, larval, bajo mis ojos.
Otra se separa de mis costados
y delante del mar, vertical,
se desnuda en gajos de sí misma.

Los labios de la tarde, malvas,
de pronto enrojecen, se arrebolan
y caen en mis mejillas ya deshechos.
Se despoja de pétalos lo mujer de la tarde
Se hace besos en medio de la sombra.

Abre la espera su perspicacia de paraguas
sobre copas enhiestas y burbujas de frondas
y sopla con el viento las hojas amarillas
miradas por las cautelas silenciosas
de los gatos rampantes y achispados.

Y me acuesto con esta mujer tarde
sobre un césped teñido de esperanza
para sentir el peso convexo de su cielo
acidulándose, ya convertido en senos,
en las tibias blanduras apoyándome
su vértice de hueso, su redondel de sangre.

Amílcar Luis Blanco

martes, 13 de marzo de 2018

AMOR AZAR




Es parte de un azar el gimoteo
de la gota que cae de la canilla,
el chistido tenaz del benteveo
y en la tierra quebrada, la semilla.

Y es acaso también este deseo
y el sentirte pegada a mi costilla
como si fueras página y orilla
de un territorio en el que ya no creo.

Lucho contra el azar y en vos me atrapa
y me impone tu rostro y hace esclavo
de este estar sin sentido enamorado.

Lucho porque he sufrido la resaca
de otros amores y he sentido el bravo
latir del corazón desesperado.

Amílcar Luis Blanco ("Amor más allá de la muerte", oleo sobre tabla de Josefina Ramírez Valencia)

sábado, 10 de marzo de 2018

MI PAÍS




En esta tierra el tiempo grita,
duele, vacila, ralentiza, 
se precipita.
Nadie se parece a nadie
o todos entre sí se parecen.
Mientras tanto los gallos
cacarean al desierto
desde púlpitos y paneles
vestidos de políticos y obispos,
generales y coroneles.
Un escozor membrudo
se apodera, pesa
sobre brazos y hombros
de seres absortos
caminando hacia su destierro
o su muerte, invisibles.

El río color león, color cieno,
barro, lodo, contaminado,
calla en su espejo líquido,
contamina a su vez,
y Buenos Aires ruge a su rededor,
un espanto en tiritas,
de merchandising.
Las góndolas de los supermercados
navegan sobre los vientres vacíos
y los cerebros excomulgados
de las a(he)rrojadas mayorías
marchando con banderas y tambores
y bombos y remeras de colores.


¡Vengan a ver! Este bailongo
tipo tango o milonga
pintando las paredes.
A oír el cuchicheo,
las marchas y los ayes
de las multitudes baldías,
enloquecidas, despojadas,
de sus derechos elementales.
Vengan a ver esta Argentina
explicada por hombres
y mujeres comprados
o aterrorizados
a hombres y mujeres
cuyos miedos expectantes
los tienen embotados,
anonadados,
monopolizados por el fútbol,
en y frente a las pantallas
de los televisores, 
afantasmándose.

Amílcar Luis Blanco (Pintura de Antonio Bermi)