
Todavía la rosa y el cielo y todavía
el viento huracanado del otoño
y las hojas rodando y el retoño
plantado ayer, hoy flor de orfebrería.
Vivo el durar de vidas. Sinfonía
mareándose en mis ojos y el bisoño
reflejo audaz, insomne matrimonio
de la luz y el sonido en mi empatía.
Anido en el vivir aunque se vayan
de mí en torrente imágenes, olores,
como olas de sentires y sabores.
Las contemplo, las oigo, porque encallan
mis vivencias con ellas cuando estallan
en el vaivén del mar sus estertores.
Amílcar Luis Blanco (Pintura de Iván Angelov)
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