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miércoles, 24 de noviembre de 2010

La mirada del mar.

El mar hizo una pausa para verte,
para mirar tu cuerpo cual si fuera
más que mar una turbia enredadera
que quiso poseerte.
Y digo mar porque fue mar mirarte,
eternidad la orilla
y la posibilidad de contemplarte
fue la total y abyecta maravilla.
Me hice mar asomado a tu escultura
no tuve parangón
aunque el milagro fuera en la escritura
y fuera visto con mi corazón.
Estabas en el borde de la tierra,
cerca de su pupila,
y tu belleza lánguida de fiera,
por contener tranquila
tu potencial pasión
me despertó un venéreo Poseidón.
Algas enrojecidas,
y verdes marginales,
alzaron como manos ancestrales,
enfáticas y heridas,
hacia tu piel desnuda entre espejos de brea
espumas que limpiaron la marea
Y el viento las sopló como un amigo
para que la ciclópea honda retina
del que abrasa la tierra con su abrigo
pudiera regodearse
en tu graciosa espina
hasta marearse
Estaba allí como único testigo.

HOMBRE FUGAZ

Sucede que me canso de ser hombre…”

Pablo Neruda


Cansado de fingir que soy eterno
me meto en la ilusión como en un puerto.
Y anónimo y usual, como un objeto,
trozo de muchedumbre silenciosa,
ando por calles y por galerías
escudriño vidrieras, compro cosas,
sonrío, parloteo, me confío
entregado al mundano desvarío
me entiesto en el ahí bajo un perchero
ausente, soñador y prisionero.
Cansado de fingir que soy eterno
me sueño fantasmal entre las copas
de árboles agitados por los nervios
de gentíos que arrastran distraídos
soledades moviendo como tropas
en la ciudad de alientos comburantes
que acatarra con gases asfixiantes
pánicos escondidos en las ropas.
No soy otro ¡Qué lástima! No puedo
pasar mi ahí para volverme cierto
pero intento olvidar que soy mortal.
Hastiado estoy de simularme eterno
Quisiera andar las vastas galerías
con ojos y con manos y quimeras
para ejercer en infinitos días
eternamente todas las maneras.

viernes, 19 de noviembre de 2010

PRESUPUESTO.- ATRIBUCION EXCLUSIVA DE LA PRESIDENTA. SUS RAZONES.-

El art. 100 incisos 6º y 7º de la Constitución Nacional, establece que al Jefe del Gabinete de Ministros le corresponde enviar al Congreso la ley de Presupuesto nacional previo tratamiento en acuerdo del Gabinete de Ministros y aprobación del Poder Ejecutivo, así como hacer recaudar las rentas de la Nación y ejecutar la ley de Presupuesto Nacional. El art. 99, inciso 10º faculta y obliga a la Presidenta de la Nación a supervisar el ejercicio de esa potestad del Jefe de Gabinete.-
Se trata de deberes y atribuciones que nuestra Constitución pone exclusivamente a cargo de la Presidenta, jefa suprema de la Nación, jefa del gobierno y responsable política de la administración general del país (Arg. Art. 99 inc. 1º de la C. Nacional)
El inciso 8º del art. 75 de la ley fundamental pone a cargo del Congreso fijar anualmente el presupuesto general de gastos y cálculo de recursos de la administración nacional en base al programa general de gobierno y al plan de inversiones públicas.-
Esto deja claro que el programa general de gobierno y el plan de inversiones públicas lo establece el Poder Ejecutivo, cuyo responsable es el Presidente. Quiere decir que tomándose en consideración las normativas ya dadas por el Congreso, conforme los incisos 1, 2, 3, 4, 5 y 6 del mismo art. 75, al órgano legislativo le compite contralorear si el programa general de gobierno y el plan de inversiones públicas guarda correlación con esa legislación, y, si es así, aprobar el Presupuesto, dándole fijeza normativa formal y material.
En ningún caso el Congreso tiene atribuciones para formular o cambiar el programa general de gobierno ni el plan de inversiones públicas. Estas formulaciones están encomendadas en forma exclusiva y excluyente al Poder Ejecutivo. Las razones que los constituyentes han tenido para dejar en cabeza de la Presidenta, sus ministros, secretarios, subsecretarios y demás funcionarios del órgano ejecutivo, con exclusividad, estas misiones y funciones son: por un lado las que hacen a la plataforma electoral o programa partidario que la Presidenta, como candidata, puso a consideración del electorado que lo votó y eligió en forma directa por cuatro años (Arg. Arts. 90 y 94 C. Nacional); por otro, el lógico manejo de información estadística, técnica, suficiente y necesaria, que los distintos departamentos del órgano ejecutivo tienen a disposición para encarar la elaboración del presupuesto. Elementos con los que no cuenta el Poder Legislativo por la sencilla razón de que su función específica no es gobernar, no es ejecutar. Así la razón constitucional estriba en el principio de funciones específicas e independencia de los Poderes en el Estado de Derecho.-
Si esto no se entiende y se pretende por parte del Congreso formular “per se” o variar la propuesta del Ejecutivo se viola el principio de división e independencia de los poderes del Estado, pero lo más grave es que se burla la voluntad popular que, en el sistema representativo y republicano, es soberana y fuente de toda legitimidad (Arg. Arts. 22 y 33 de la C. Nacional).-
Sabemos que la oposición está acostumbrada, cada vez más, a la violación contumaz, sistemática e insistente de la acción de gobierno. Cree que así tendrá posibilidades de confrontar y eventualmente ganar una elección. Sus representantes más conspicuos, Lilita Carrió, Julio Cleto Cobos, Patricia Bullrich, Ricardo Alfonsín, Gerardo Morales, Giudicci, etcétera, no exponen todavía programas de gobierno alternativos mejores, ejerciendo críticas constructivas, lo que sería lícito y, además, necesario para que el pueblo tenga opciones cuando llegue la hora de votar. Tampoco la Derecha, Pinedo y sus diputados, ni la Centro izquierda, Solanas, Lozano, Donda, concretan propuestas creíbles. El peronismo federal o disidente con representantes como Duhalde, Menen, los hermanos Rodríguez Saa, Graciela Caamaño, etcétera, motorizan y sazonan, sin sentido crítico ni orientación ideológica alguna, sólo espoleados por intereses y resentimientos, esta heterogénea, cínica y amoral oposición. Todos ellos gerencian intereses corporativos poderosos o son sospechosos de hacerlo. Los encabezados por la corporación multimediatica hegemónica, cuyo numen, Héctor Magnetto, parece tenerlos en un puño.-
Únicamente Heller, Sabatella y algunos otros ejercen una oposición constructiva y plausible. Desgraciadamente quien los denunció y conocía bien, Néstor Kirchner, dejó de estar presente físicamente. Pero quedó Cristina y un pueblo más avisado.- Lo que creen ganar los miembros de la amoral oposición lo perderán en las urnas en el 2011.-

lunes, 15 de noviembre de 2010

Ulises y Circe

Circe o Calipso abierta hacia la espera
observa el mar, atisba a Poseidón.
Sólo su espuma de rizada fiera
enturbia y morigera la luz de su pasión.
De lasitud preñada; su corazón golpea
con latido de parche y hace temblar su sangre
Necesita caerse, se marea,
en el cuerpo de un hombre. Es una tea,
pero líquida, urgente. Su carne siente hambre.
Sed también de sudores ambarinos.
De seminales lavas de volcanes
que mojen sus cosquillas,
como helados carámbanos marinos
y que mengüen y aumenten sus imanes
y deslicen detrás de sus rodillas
ríos de estrepitosas maravillas.
Ulises, marinero, entre héroes tahúr,
ha llegado a su carne y mira sus arenas
con deseadores ojos, cielos de sal y sur.
Circe aprieta en sus párpados sus encendidas venas
Y desea al instante que el hombre la posea
Se dirige a la playa e impetra la marea
Y Poseidón le entrega al intrépido amante
Hechizado, dispuesto y dócil a su pulso,
morará en el Palacio maleable a su talante
Su reciedumbre entonces hará estallar convulso
ese cuerpo de Diosa que habita la centella.
Calmará los ardores, los fuegos contenidos,
que desvelan sus nervios para hacerla doncella
nueva mujer, de nuevo, por todos sus sentidos.

Amílcar Blanco

Noviembre de 2010

lunes, 8 de noviembre de 2010

CUANDO LAS COSAS ESTAN MUY CLARAS

Nada oscurece tanto el ánimo de quienes quieren a alguien como su súbita muerte.- Y así ocurrió con Kirchner respecto de quienes desde una u otra posición lo hemos querido o estimado, con las lógicas gradaciones que otorga la mayor o menor distancia de su persona. Sin embargo, nada tampoco ha aclarado tanto el panorama político para quienes son sus seguidores como esta infausta desaparición física del líder. Paradójicamente, tanta sombra trajo enceguecedora luz para la oposición y meridiana claridad para el llamado oficialismo, claridad que llamará a muchísimos más a engrosar sus filas. Después de la noche cerrada el diáfano amanecer ¿Por qué? Porque el brillo y acierto de las realizaciones de Néstor Kirchner se proyecta sin mácula sobre la juventud y el futuro, tiempo propio de quienes esperanzadamente todavía están en el camino de ida. A los viejos sólo nos resta conducir, asesorar, ayudar, pero sobre todo recordar.
Otro efecto paradójico surge de esta muerte para la oposición que en vez de haber pasado a un mediodía auspicioso ha quedado sumida en una contradictoria noche que los ha enceguecido con su encandilante luz y recién comienza y que podría denominarse como el de su descomposición orgánica o al menos la de una senectud fulmínea. Veamos: Cobos es ya un cadáver político, sólo falta enterrarlo. Carrió, ya de por sí borrosa, se ha esfumado. Duhalde, De Narváez, Felipe Solá, los Rodríguez Saa y todo el peronismo disidente o se alinea tras Cristina Fernández, siguiendo los sabios consejos del propio Perón en su libro de estrategia y táctica política “Conducción política” o su falta de todo y de razón de ser los encenegará hasta la asfixia, sobre todo a sus dirigentes. La centro izquierda, Solanas, Lozano, Victoria Donda, etcétera, deberá tomar nota de los nuevos tiempos y definirse de una vez por todas o acabará invisibilizándose. El radicalismo, por último, deberá también abandonar su invencible tendencia a lo acomodaticio, a la pusilanimidad e irresolución, al chicaneo constante que lo caracteriza y actualizar sus contenidos programáticos y acciones concretas separándose del monotemático discurso de la hegemonía mediática, los relatos construidos y las teorizaciones violeteras de Joaquín Morales Solá, Mariano Grondona, Carlos Pagni y el coro de fantasmas, quienes, recurrentemente, inspirados en trasnochadas interpretaciones de la historia que, en vez de leer el presente y sus singularidades, se aferran a un pasado que, irremisiblemente, ya pasó, como es el de las dos guerras mundiales y el de la guerra fría, repiten y reiteran hasta el hartazgo sus teorías conspirativas, psicológicas y dedicadas más a sus narcisismos eruditos e intelectuales y a sus intereses inconfesables que a la realidad. Esta que ellos registran y les parece tan confusa e indefinida se virtualiza, casi holográficamente, con una proyección de sus prejuicios, miedos e intereses de clase, por eso no alcanzan a descifrarla, se les convierte en un galimatías de jeroglíficos e ideografías que no dominan, jamás han aprendido y no podrían ya entender porque las claves para poder hacerlo están en las experiencias de vida que no tuvieron y no en los libros. También, por supuesto, residen en una toma de conciencia moral que ellos jamás tampoco han siquiera ensayado. Así el crecimiento de la participación en la política y el poder de los sindicatos con sus dirigentes a la cabeza, como Hugo Moyano, los aterroriza, les quita el sueño y la tranquilidad. En verdad los desbalancea porque para ellos los únicos factores de poder que cuentan con derecho a intervenir en todo son los dirigentes de la desparecida mesa de enlace, del campo, los empresarios, los bancos y sectores de las finanzas, y la clase medida idiotizada por su discurso, jamás los trabajadores y el movimiento obrero concientizado y organizado. Les parece que las aerolíneas y los ferrocarriles sucumben en manos de ese poder. Piensan el tema como si el proceso de privatización y tercerización a ultranza en la producción de bienes y servicios no se hubiera iniciado, programado y crecido, para finalmente ocupar un gran espectro del sector, en base a la ideología neoliberal gestada por Martinez de Hoz, continuada por Menen, Cavallo, De la Rúa, Duhalde y todos sus adláteres. Ahora se sienten amenazados, ven la corrupción por todos lados, pero ellos han colaborado y aplaudido a sus autores intelectuales y a sus gestores materiales. Antes fueron capaces de aliarse a los genocidas para mantener sus privilegios y prebendas, como hizo el grupo Clarín con Magnetto a la cabeza y se seguirían uniendo al mismo diablo para defenderlos, porque son incapaces de decisiones morales y sólo hábiles para las opciones materiales que les permitan continuar usufructuando sus posiciones de poder y privilegio. Entre ellos ha campeado y campea una radicalizada aptitud para acomodarse, han sido irresolutos, pusilánimes, cobardes en suma. Fueron cómplices del más horroroso genocidio que conoce la historia del país, exterminando a 30.000 seres humanos, la gran mayoría jóvenes, pasándose la Constitución, las leyes y el Estado de Derecho, es decir, la República Democrática, por donde no les pega el sol y hoy, Mariano Grondona, se siente autorizado a evocar la República de Weimar y la capitalización de la humillación alemana que hizo Hitler, con la Democracia actual y la gestión de Néstor Kirchner, como si esas dos realidades tuvieran algo que ver, como si hubiera entre ellas alguna unión de sentido. Tiene el tupé de comparar a la Cámpora y los jóvenes que la conforman y simpatizan con los postulados y realizaciones de este Gobierno que ellos jamás tuvieron el coraje, ni lo tendrían, de llevar adelante, con las juventudes hitlerianas, cuando es bien sabido que los discursos del fuhrer llevaban al exterminio a través del endurecimiento de los corazones y las mentes destinatarios de esas arengas y carnes de cañón, en cambio la prédica de Kirchner transmitió y transmite esperanzas de paz y de vida con realizaciones concretas en el día a día para levantar de su postergación a esos chicos y chicas que hoy lo lloran. Que se tranquilicen Morales Solá y Carlos Pagni el panorama seguirá siendo tormentoso, cada vez más oscuro y negro, para ellos y para quienes piensan y actúan como ellos, pero, entiéndase, no porque se vaya a materializar o descargar sobre sus cabezas venganza alguna sino porque para la gran mayoría del pueblo que viviremos el mediodía ellos dejarán de ser visibles y, menos todavía, significativos.-

domingo, 7 de noviembre de 2010

Aquí me busca solamente el río (Soneto)

Aquí me busca solamente el río
La huella digital de la mañana
Aquí la seca arena y el rocío
Y la luz y la sombra soberana

Hunde su gloria el cielo y el hastío
Pudre sus flores de memoria urbana
Aquí me encuentro con el sol, confío
Que hablaré con el ángel que me gana

Y abriré una región de desvarío
O quizás de memoria sobrehumana.
De nuevo cae la sombra en el estío

La luz funde calor y resolana
Contra la arena, fulge en el vacío
Y en el silencio tañe una campana

(IV. Death by water ) LA MUERTE POR AGUA.- (Continua la trad. de Eliot)

Flebas, el fenicio, a quince días de muerto,
olvidó el grito de las gaviotas, la profunda hinchazón del mar
y las pérdidas y ganancias.
Una corriente bajo el mar recogió sus huesos en susurros.
Como una rosa en su caída
pasó los escenarios de su edad y juventud
entrando en el remolino
gentil o judio.
¡Oh tú, que giras la rueda y miras a barlovento,
considerad a Flebas que una vez fue buen mozo y alto como tú!

(V.- What the thunder said) LO QUE DIJO EL TRUENO.-

Después de las antorchas rojas sobre los rostros sudorosos.
Después del helado silencio en los jardines.
Después de la agonía en los lugares pedregosos,
los gritos y los llantos,
de la prisión y el lugar donde reverbera el trueno en primavera,
sobre montañas distantes,
el que estaba vivo ahora está muerto,
nosotros que estábamos vivos ahora estamos muertos,
con escasa paciencia.

Aquí no hay agua, sólo roca.
Roca y no agua y la carretera arenosa.
La carretera ventosa arriba entre las montañas.
Las que son de roca sin agua.
Si hubiera agua nos detendríamos y beberíamos.
Entre las rocas uno no puede detenerse y beber.
El sudor es seco y los pies están en la arena.
Si sólo hubiera agua entre las rocas.
La boca muerta de cariados dientes de la montaña no la puede escupir.
Aquí uno no puede detenerse a descansar ni sentarse.
No hay siquiera silencio en las montañas.
Sólo el seco, estéril, trueno sin lluvia.
No hay siquiera soledad en las montañas.
Pero hoscos y rojos rostros se burlan y gruñen
Desde puertas de escandalosas casas.
Si hubiera agua
Y no roca
Si hubiera roca
Y también agua
Y agua
Una primavera
Un charco entre la roca
Si hubiera el sonido de agua solamente
No la cigarra
Y la hierba seca cantando
Sino un sonido de agua sobre todo en la roca
Donde ermitañas verdades cantan en los pinares
Gotean gota gotean gota gota gota gota
Pero no hay agua

¿Quién es ese tercero que camina siempre detrás de ti?
Cuando cuento estamos sólo tú y yo juntos
Pero cuando miro hacia atrás el blanco camino
Siempre hay otro caminando detrás de ti
Deslizándose encubierto en una manta marrón, encapuchado
No se si es un hombre o una mujer
¿Pero quién es ese al costado de ti?

¿Qué es ese sonido alto en el aire?
Murmullo o lamentación maternal
Quiénes son esas hordas de encapuchados pululando
Sobre interminables planos, tropezando en la tierra resquebrajada
Sólo anillada por el llano horizonte
Qué es la ciudad sobre las montañas
Chasqueadas y reformadas y reventadas en el aire violeta
Torres caídas
Jerusalén Atenas Alejandría
Viena Londres
Irreal

Una mujer tiraba su largo cabello negro apretándoselo
Y violineaba susurrante música en esas cuerdas
Y bateaba con caras de bebe en la luz violeta
Silbaba y martillaba sus alas
Y arrastraba su cabeza bajo el borde bajo la ennegrecida pared
Y en el aire al revés estaban las torres
Tañían evocativas campanas que guardaban las horas
Y cantaban las voces fuera de cisternas vacías y pozos exhaustos

En ese caído hoyo entre las montañas
En la borrosa luz de luna la hierba está cantando
Sobre derribadas tumbas, alrededor de la capilla
Allí está la capilla vacía, sólo es hogar del viento
No tiene ventanas y la puerta oscila
Secos huesos pueden dañarse, no uno
Sólo un gallo parado sobre el techo de árboles
Gorgoreó, gorgoreó, rebotó, gorgoreó, gorgoreó, rebotó
En un destello de luminosidad, de pronto, una húmeda ráfaga,
nos trajo la lluvia.

Ganga fue hundida y las blandas hojas
aguardaban la lluvia, mientras las negras nubes
acumulaban lejanas distancias sobre Himavant
La jungla encogida se encorvaba en silencio.
Entonces habló el trueno
D A
Datta: ¿Qué hemos dado nosotros?
Mi amigo, sangre estremeciendo mi corazón
El horrible atrevimiento de los momentos de rendición
Como una edad de la prudencia que nunca puede regresar
Pero por esto, por esto solamente, hemos existido
quienes no encontramos en nuestros obituarios
o en memorias decoradas por la benefactora araña
o bajo sellos rotos por el ínclito procurador
en nuestros cuartos vacíos.
D A.
Dayadhvam: He oído la llave
Girando en la puerta una vez y sólo una vez
Pensamos en la llave, cada uno en su prisión
Considerando que cada llave confirma una prisión
Solamente en la caída noche, rumores etéreos
Reviven por un momento un quebrado Coriolano
D. A
Damyata: El bote respondió
Gallardamente, con la experta mano en vela y remo
El mar estaba calmo, tu corazón habría contestado
Gallardamente, cuando invitabas, golpeándote obediente,
en controladoras manos
Me senté sobre la orilla
Pescando, con la árida llanura detrás de mi
¿Pondré minimamente mis tierras en orden?

El puente de Londres cae hacia abajo, cae hacia abajo, cae hacia abajo

Poi sàscose nel foco che gli afina
Quando fiam ceu chelidon – Oh golondrina golondrina
Le prince d`Aquitaine à la tour abolie
Estos fragmentos he escorado contra mis ruinas
Por qué entonces ella te sirve. La loca de Hyeronimo nuevamente
Datta. Dayadhvam. Damyata.

Shantih shantih shantih

sábado, 6 de noviembre de 2010

Ese encontrarse súbito de cuerpos

Ese encontrarse súbito de cuerpos
en la intensa y silente madrugada.
Ese ardor de las pieles seduciéndose
en un duelo de bocas y de cierzos
y lenguas como algas y miradas

¡Nada!

Sólo el viento que raspa los silencios,
Un clamor, una voz o carcajada.
El viento a veces ríe, a veces habla
con una voz humana.

Hoy no quiero encontrarla.
Me seducen
las penas y los trenes que se marchan.

Siento amor y respeto,
y a la vez
ganas un poco sucias
de mirarla en secreto;
unos turbios deseos de encenderla
como manos de fuego como labios
hechos de soledad y a pura sangre.

Este encontrarse súbito de cuerpos
Arde en la sombra, repta, se contagia
Afuera el aire ruge, se levanta,
Es follaje, horizonte, madrugada.
Las bocas son los ojos
Nuestros cielos comulgan

Nada nada.

martes, 2 de noviembre de 2010

III.- El sermón de fuego (Continua la trad. de Eliot)

La barranca del río está rota. Los últimos dedos de las hojas
se aferran y se hunden en la orilla húmeda. El viento,
cruza la tierra parda, inaudible.Las ninfas son difuntas.
Dulce Támesis, corre suavemente hasta que finalice mi canto.
El río no lleva botellas vacías, envoltorios de sandwiches,
pañuelos de seda, cajas de cartón, colillas de cigarrillos
u otros testimonios de noches veraniegas. Las ninfas son difuntas.
Y sus amigos, los callejeadores herederos de los directores de la ciudad,
fallecidos sin haber dejado domicilios,
se sentaron y se lamentaban bajo las aguas del Leman.
Dulce Támesis, corre suavemente hasta que finalice mi canto.
Dulce Támesis, corre suavemente hasta que finalice mi canto.
Pero, a mis espaldas, en una fría detonación, oigo
el traquetear de los huesos y la risa extendida de oreja a oreja.

Una rata se coló suavemente a través de la vegetación
arrastrando su viscoso vientre en la orilla
mientras estaba pescando en el lento canal
en el atardecer invernal rondó tras la casilla del gas.
Reflexionaba sobre el Rey y el naufragio de mi hermano
Y sobre el Rey, mi padre muerto ante él.
Cuerpos blancos, desnudos, sobre la baja y húmeda tierra
Y huesos contenidos en un pequeño, lento, seco, desván,
agitándose sólo bajo el pie de la rata, año tras año.
Pero, a mis espaldas, de tiempo en tiempo, oigo
el sonido de hornos y motores, los cuales me llevarán
dulcemente a Mrs. Porter en la primavera.
¡Oh, la luna destellaba, brillaba sobre Mrs. Porter
y sobre su hija!
Ellas se lavaban los pies en el agua de soda.
Et, O ces voix d`enfants, chantant dans la coupole!
Tuit tuit tuit
Jug jug jug jug jug jug
Que bruscamente forzada
Tereu

Ciudad irreal.
Bajo la niebla marrón de un mediodía de invierno
Mr. Eugénides, el mercader de Esmirna.
Sin afeitar, con un bolsillo lleno de grosellas,
C.I.F. Londre, documentos a la vista.
me invitó, en francés demótico,
a almorzar al Cannon Street Hotel
seguido por un fin de semana en el Metropol.

A la hora violeta, cuando volvemos hacia arriba
los ojos y la espalda desde los escritorios;
cuando el motor humano espera como un taxi palpitante que esperara.
Yo, Tiresias, aunque ciego, palpito entre dos vidas;
hombre viejo de arrugados y femeninos pechos, puedo ver.
A la hora violeta,la hora de la tarde en que se emprende
el regreso hacia casa; que trae al marinero al hogar desde el mar.
El hogar del mecanógrafo a la hora del te, borrado su almuerzo,
encendida su estufa, expuesto su alimento en latas
fuera de la ventana, peligrosamente asomada.
Sus secas combinaciones tocadas por los últimos rayos del sol.
Sobre el diván están amontonadas (por la noche en su cama)
medias, zapatillas, camisolas y sostenes.
Yo, Tiresias, anciano con arrugadas tetas,
percibía la escena y predije el resto
y aguardé demasiado al huesped esperado.
El, el joven carbuncular, llega.
Agente, empleado de una casa pequeña, con mirada audaz;
uno de los pocos sobre quienes se aseguran los montos
como un sombrero de seda sobre un millonario de Bradford
Ahora es el momento propicio, como él adivina.
La comida está terminada. Ella está aburrida y cansada.
Se esfuerza para compremeterla con caricias
que son rechazadas y hasta indeseadas.
Fluído y decidido él entonces la asalta.
Sus exploradoras manos la encuentran sin defensa.
Su vanidad no requiere respuestas
y hace una bienvenida de su indiferencia.
Y Yo, Tiresias, que he sufrido todo
y he publicado sobre ese mismo diván o cama,
habiéndome sentado por Tebas bajo el muro
y caminado entre lo más bajo de la muerte,
confiérole el último, condescendiente beso
y le facilito el camino encontrándole los peldaños sin luz.

Ella se vuelve y se mira un momento en el vidrio,
apenas consciente de su amante difunto.
Por su cerebro pasa, a medias formado, un pensamiento.
"Bien, ya está hecho, y me alegró que terminara"
Cuando la encantadora mujer detiene la locura
y se pasa a su cuarto nuevamente, solitaria,
suaviza su pelo con automática mano
y pone un disco en el gramófono.
"Esta música se arrastraba por mí bajo las aguas
y a lo largo de a playa hasta "Queen Victory Street""
¡Oh, Ciudad, ciudad! A veces puedo oír,
junto a una barra en la calle baja del Támesis,
la placentera queja de una mandolina
y un estrépito y una charla desde su interior
donde los pescadores vagan por la medianoche,
donde las paredes son las asideras del magno martir.
Inexplicable esplendor del jónico blanco y oro.

El río suda.
Petroleo y alquitrán.
La deriva de las barcazas
con la marea vuelve.
Velas rojas
se extienden
a sotavento, nadan sobre los pesados mástiles,
lavan las gabarras,
navegan a la deriva,
bajo el alcance de Greenwich,
pasando la isla de los perros.

Weialala leia
Wallala leia la la.

Elizabeth y Leicester
golpeaban los remos
formándole a la popa
un cascarón dorado,
rojo y oro.
El ánimo elegante
ondeaba ambas orillas.
El viento sudoeste
llevaba hacia abajo, derramándolo,
el repique de las campanas
de las torres blancas.

Weialala leia
Wallala leialala.

Tranvías y árboles polvorientos.
Highbury taladrándome. Richmond y Kew
deshaciéndome. Por Richmond atacó mis rodillas.
Supina sobre el piso de la estrecha canoa,
mis pies hacia el Portal de los moros, y mi corazón
bajo mis pies. Después del hecho
lloró, prometió un nuevo comienzo.
No hice comentarios ¿De qué me ofendería?
En las arenas de Margate
pude conectar
nada con nada.
Rotas las uñas de las manos sucias.
Mi humilde pueblo, pueblo que espera
Nada
La la
A Cartago entonces volví

Ardiendo ardiendo ardiendo ardiendo
¡Oh, Señor, tú, anímame!
¡Oh, Señor, tú animas!