Ese encontrarse súbito de cuerpos
en la intensa y silente madrugada.
Ese ardor de las pieles seduciéndose
en un duelo de bocas y de cierzos
y lenguas como algas y miradas
¡Nada!
Sólo el viento que raspa los silencios,
Un clamor, una voz o carcajada.
El viento a veces ríe, a veces habla
con una voz humana.
Hoy no quiero encontrarla.
Me seducen
las penas y los trenes que se marchan.
Siento amor y respeto,
y a la vez
ganas un poco sucias
de mirarla en secreto;
unos turbios deseos de encenderla
como manos de fuego como labios
hechos de soledad y a pura sangre.
Este encontrarse súbito de cuerpos
Arde en la sombra, repta, se contagia
Afuera el aire ruge, se levanta,
Es follaje, horizonte, madrugada.
Las bocas son los ojos
Nuestros cielos comulgan
Nada nada.
AMILCAR BLANCO (Blog destinado preferentemente a la poesía propia) Los derechos de autor de lo publicado y a publicar en este blog están reservados y protegidos por la Dirección Nacional del derecho del autor-dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la República Argentina- Expediente N° 933882
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Bellísimo, Amilcar, bellísimo, uno de los poemas más bonitos y sensuales que he leído en mucho tiempo. Mis felicitaciones, poeta. te dejo un beso y mis mejores deseos para lo que resta del fin de semana.
ResponderBorrar¡Gracias por tu comentario! Tu aprobación me hace sentir reconocido y halagado, sobre todo viniendo de una poeta que usa muy bien las palabras. Lei tu poema sobre el ángel azul y te dejé un pequeño comentario.
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