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domingo, 30 de junio de 2013

PREGUNTAS

















"Hacia una luz mis penas se consumen..."
Jorge Guillén

Como serpientes de agua las preguntas
se devoran la luz y me consumen.
Debo seguir entonces sin embargo
buscando entre rincones, en los huecos,
el porvenir de ser que me alimente.

¿Dejo acaso
pedazos
de mí mismo
cuando enfermo de amor,
cuando aborrezco?

Mis serpientes, mis dudas,
mis vermes o mis larvas longilineas
contra el vientre de tierra,
como ríos,
arrastrándose
nada me contestan.

¿¡Para qué, para quién,
con qué sentido!?

Ese andar la epidermis del planeta
nutriéndome de trémulas criaturas
en hipnosis efímeras, eclipses,
tragando el palpitar de los anuros,
el secreto cascar de los roedores.

Y, ¿por qué, para qué?
creciendo mientras tanto,
¿para poder seguir
despedazándome?

¿Dónde están la mujer
o la palabra
que detengan por fin esta cascada,
este caer al arrabal de sombras,
al fango vomitivo de la nada?

Amílcar Luis ¨Blanco ("Water serpents" "Serpientes de agua", pintura de Gustave Klimt)

MATICES



















Vamos a ver, ¿el sol o las barajas?
¿el matiz escondido o la pregunta?
El sol desgarra el cuajarón del negro
y se expande en naranjas y amarillos
verdes, bordos y bermellones, ocres,
la sombra se mantiene toda junta
y alguien se divierte a los costados
echado y abrazando el caserío
tocado de un sombrero verde agua.

Quiero decir ¿el día o los presagios?
Esos espumarajos sin razones
el amontonamiento de las dudas
tiñendo a borbotones la mirada
o acaso la belleza desordenadamente
lanzándose desnuda a atiborrarnos
para que no la echemos de menos
menudamente aviesa y en colores.

Me refiero a la luz y a los misterios
y a tomar el partido que plantean
al empezar nosotros la mañana
equilibrándonos apenas en la delgada cuerda
que se tiende entre el caos y la lábil cordura
para no reventar entre silencios
o efímeros matices sin espectros.-

Amílcar Luis Blanco ( Pintura de Henri Matisse, "Sunset in Corsica", Oleo, 1898)

jueves, 27 de junio de 2013

NADA

























Señores, nada de nuevo,
nada de nuevo en los comienzos del mundo,
en la memoria de la historia,
en los calcañares mismos de la nada.
Nada de nada, punto.

¿Dónde estamos aquéllos?
¿Nosotros
que siendo fuimos, somos, idos?
¿De qué penumbra o sol participamos
y en qué sitios?
Sentados, amigados, compuestos,
desdentados, parados, enemigos,
descompuestos, sueltos,
hechos girones de protesta
y endemoniados denuestos.

Os lo digo: nada de nuevo,
nada, niente, nothing, rien.

Nada de nada, nada, punto.

Amilcar Luis Blanco (Pintura: "La locura y la razón" por Mauricio Barraco)

miércoles, 26 de junio de 2013

LA ANGUSTIA
























Ella no busca a nadie, sólo enciende el ocaso
adentro de la lágrima y aulla entre gargantas de tripas y sirenas;
suelta sus animales en las hendiduras de las tardes
ruge igual que ellos, suena a tempestad,
detrás del mar y los abismos, pero está en el sigilo,
en la modesta cautela del café, en los silencios,
desde cuyas orillas nos miramos sin vernos casi
mientras  deshace la niebla con sus ojos,
y sin cesar nos contempla desde todos los espejos.

Nadie puede esconderse de su furia callada
que agazapada en la mansa domesticidad de los días
incubada entre trastos que huelen a tristezas,
desvalidas alcobas, zaguanes de besos olvidados,
arrasa a raudales, roe, rae, precipita su lluvia,
y sus zarpas o manos y sus uñas destejen los encuentros
Nos dejan confundidos,  solitarios, en las marismas de las horas.


Amílcar Luis Blanco  (Vincent Van Gogh "Autorretrato")

domingo, 23 de junio de 2013

LA DUDA






















¿Por qué la duda? Ese temblar de espuelas
picándome los lomos. Zumbidos  solitarios,
abeja en hontanares mudos e imaginarios
del ser que soy, de ardientes duermevelas.

Y mi razón huyendo, sus aceitadas bielas
rondándome hacia edenes o calvarios,
motor  sin paz a instintos cavernarios
deslizándome, a fauces y charnelas

que me beben después,  lluvia en  dovelas,
y estrechan en  racimos  mis contrarios
tronchándome en augurios, en cancelas,

que abren  luces y fuegos arbitrarios,
allí donde entre sombras y candelas
duermen rutinas, ritos milenarios.


Amílcar Luis Blanco. ("The city worried" ("La ciudad preocupada") oleo por Paul Delvaux)

sábado, 22 de junio de 2013

LAS PALABRAS


















Suben desde el silencio las palabras,
de ese páramo azul y que conforman
tus vísceras, tus venas, tus nublados.
Ascienden desde ramos interiores,
azules y violetas, bermellones y cárdenos,
a merced del latido
hasta articularse en la garganta,
abriéndose a la voz y construyendo
el transparente acorde del sentido.

Nadie imagina el acendrado origen
del dolor, de ese creciente dolmen
derretido de a poco,
filtrándose al extremo del carámbano;
hecho metal  en el fulgor del choque
con lo raro y lo otro que nos deja encendidos.
Porque primero fue la queja y el aullido,
el grito en alas de estridencia extendiéndose
y al llegar al vocablo se ahogó;
coagulo en la fiebre de lo inefable.

Lo silente interviene los sonidos,
sale desde la sangre, trastorna,
en si contiene todo lo contingente y consabido,
lo callado, el silicio de los dioses; elabora las fiebres,
y alberga desconsuelos y lágrimas y duelos,
aspiraciones truncas y desvelados sueños
y  una turba insurgente de no dichos,
no nombrados, inmunes, debajo de los puentes
anchurosos y largos del olvido;
muchedumbres de mudas ansiedades,
vagan por los estrechos y las calles
o se sientan en bancos de mutismo,
se convierten en cuerpos de fementido mármol.

Y desde todos ellos sin palabras
provienen las palabras,
las escasas palabras que nos visten
para salir al aire del mundo y de la vida
y decirnos lo poco de lo mucho
que tendríamos que hablar para entendernos.
Mudos, desarrapados, en gruñidos, a gritos,
más que nada, reunidos y en silencio,
articulando apenas las escasas palabras,
vacíos, socavados, nuestros inacabables apetitos.
Las palabras nos muerden y son perros hambrientos,
y son lobos de afilados colmillos.
Catárticos fonemas nos confunden,
nos dejan en el campo del olvido,
en un bosque magnánimo de estatuas.

Amílcar Luis Blanco.- ( Paul Delvaux "El jardín", oleo )



jueves, 20 de junio de 2013

Puedo decir soy música.





















Puedo decir que el alma cuando duele
o consigue su plexo liberarse
y respirar el sol de la utopía,
el oxígeno azul de lo que nace
puede decir soy música y plantarse,
y soy tiempo, sonidos y silencios,
altivos, quejumbrosos instrumentos,
maderas y metales, cuerdas, vientos.

Puedo decir traspaso la materia,
desengaños azules o violetas,
alegrías y cielos y planetas
signos de voz en blanco pentagrama,
escrito con lo negro del duelo en cada nota
y el herir de cuchillos y pesares.
Y que mi hablar,  sonar, es cuando quiero,
se alza en mis antojos veleidosos
y forma cuerpo y alma y se despide
a cada pulsación o golpe o soplo.

Puedo decir navego sobre sueños,
costumbres y quehaceres,
y levo  anclas desde  corazones;
posan sus párpados quienes me escuchan
sobre mis velas,  jarcias,  bordas y retenes.
Puedo decir soy música y entiendo,
aún incomunicado, aún cautivo,
que soy  lenguaje y  angustia promiscuas.
Sufro, gozo, despierto, acuno, silbo.
Acudo del pasado interminable
femenino y fatal en melodía,
masculino en mi ritmo, mi compás,
aún cuando me asuma el gran silencio.

Amílcar Luis Blanco  ("Guitarrista" Oleo de Alfonso Ferro)

martes, 18 de junio de 2013

Tú en la penumbra




















Tú en la penumbra, en las paredes descascaradas,
en el miedo violeta que colorea el cielo de la tarde,
me tienes detenido como un vagabundo sobre el césped,
atiborrado de nublados y tristes y derruidos bajorrelieves
en una ciudad antigua y vacía en la que nadie me conoce.

Mi fortuna no existe ni ha existido fuera de ver tus ojos
y de desear tus lúbricas caderas asomándose a los balcones
mientras tu espalda juega y elude las miradas y las frentes,
levantándose ansiosas y hay un bosque de brazos y de manos
y eso ha sido y será todo; el sabor de la nada en la garganta.

El sabor de la nada descendiendo de las preguntas de fuego,
el absurdo escudriñándome para condenarme a la locura,
que corre y grita y lastima las horas blandiéndolas en los tendederos,
de donde cuelgan espantapájaros,  fantasmas y lencerías y denuestos,
y aún mi vida toda entera convertida en camisas y banderas.

Hay un desprecio lento del deseo y estropea los días,
apaga los faroles, seca las aguas, acrimonia y ralenta los fluidos,
hace huir la tibieza de los lares, la intimidad que aviva los alcoholes,
y quita lasitudes a los cuerpos del viento queriendo avecinarse,
para que tú dispongas el regazo, los senos, sus frutillas,
y hasta el arco debajo de tu vientre y la encendida y alveolada rosa
donde tu sangre canta cuando quiere para inmolar el grito.

Amílcar Luis Blanco ("Frau magiare" por Egon Schiele, 1915)

lunes, 17 de junio de 2013

NANA MOUSKOURI - MALAGUEÑA SALEROSA

EL ESCORPIÓN


























La lluvia de hoy recoge la charnela
puesta en lo alto del feroz pasillo,
humedece ladrillo por ladrillo,
y desagua su sombra en duermevela.

Horizontal, rampante, la dovela
del aguijón unánime, sin brillo,
ahueca más el arco de su anillo
para picarnos donde más nos duela.

Escorpión el destino nos desvela
y anonada la paz de lo sencillo
desde la angustia de gastada suela

de nuestra trashumancia, donde artillo
mi escasa certidumbre. Desconsuela
ese picar de llanto y de palillo.

Amílcar Luis Blanco ("La joven en la posición del escorpión", por M. Hume)

domingo, 16 de junio de 2013

Paisaje interior





















"El patio como el lecho de una laguna seca
el aroma sonoro de las frondas conserva"

Amílcar Ovidio Blanco




A veces, cuando quieto,
contemplo la enramada,
del muro enamorada,
quisiera ser el verde seto;
el colibrí aleteante
en la corola del silencio
que rodea el instante.
Esa transparencia en vilo;
la porción que se deslíe
del contundente azul.
No el otro que vacíe
ese  cielo en su silo;
ser el mudo abedul,
la hortiga o rosa china
que asoma tras el muro,
el aire cuando trina
o se queja en lo oscuro;
el vuelo que despega
en ángulo de adiós
y la callada ciega,
yaciente ya y sin voz.

No es siempre el ser,
este que observa
ese seco caer
en la silente hierba
el raro atardecer;
aún la profusa niebla
el extendido manto
que de cintura puebla
y de lascivo amianto
oscuridades como hogueras
para pájaros de viento
talud y enredaderas.
Ser es este fermento
latiente; las panteras
sueltas del sentimiento.
Ser es haber ya muerto
y recorrer el aire de las horas
lo mudable, lo incierto,
acorraladas floras
arden en patios, cuitas
y miradas marchitas.

Amílcar Luis Blanco  ("Paisaje" Oleo por Vincent Van Gogh)

viernes, 14 de junio de 2013

DEPRESIÓN






















Nadie que me guste,
nadie que quepa en mis maneras,
roe hoy mis entrañas, susurra en mis oídos.
Me siento alejado del mundo.
En mis certidumbres no hay ángeles ni hadas;
hay buhoneros y mendigos tenaces
hurgando en los vacíos de mi existencia.
No tengo fuerza para sacudírmelos;
mis brazos yacen marchitos
y mi entendimiento ha quedado estropeado
como un trapo de sombras tajeado por el cielo.


Amílcar Luis Blanco ("Mujer en reposo", oleo por Carlos Correa)



lunes, 10 de junio de 2013

PASION
















Sale de mi la luna aguardentosa,
la que arde en el cielo del lobo y la pantera.
Sale de mi lo que transciende y late
unido a la penumbra, a la abstinencia,
al claror de la fama y a la antorcha;
ese fuego desnudo, ese volcán de lágrimas y sombras.

Está también el rojo de la sangre,
la tenaz pertinencia, lo que asciende;
ese izarse de manos, brazos, cuerpo,
para ir al encuentro de todas las alturas
y pedirle, exigirle, ascuas de Prometeo,
a las cumbres de lares infinitos
para quebrar absurdos y tinieblas.-

Es la pasión que abraza los deseos
y envuelve vientos ávidos y tiernos,
abiertos en los dólmenes; efigies
crecidas sobre lánguidas arenas,
y besa con lagunas de lava las cenizas
de norias y rutinas y relojes y espectros.

Rosa del corazón entre otras rosas,
entre todas las rosas que coronan las testas
y muelen y desnudan la faz de los alcoholes
y los tedios y mustios de brazos y de manos
que abandonan las ansias y sueños e ilusiones
para que no se caigan para siempre
esclavos del silencio, convertidos en piedra.

Amílcar Luis Blanco

jueves, 6 de junio de 2013

BASTA


















Basta de ser los sueños que no somos,
de lastimarnos hacia dentro
y vaciar esta canasta de sombras
hasta que la sonrisa se desparrama
hecha hilos de hielo sobre las ascuas
de la hoguera que alimentamos entre todos.

Basta de pulir la contracara,
la que queda en los bastimentos del espejo,
en su delirio de azogue que nadie mira
y tiene su inmenso cubo de iceberg
bajo la linea de flotación de nuestros párpados.

Basta de jodernos sin mirarnos
o de mirarnos sin jodernos en lo que quepa
haya que hacerlo para poner en marcha
los ejércitos del hambre contra los escrúpulos;
monjes de saya gris con escapularios de miedos.

Basta de rosa azul en las mañanas sin nadie
y el ignorar a todas las ausencias
como si hubieran comparecido
cuando en realidad han desaparecido
y no sabemos si alguna vez regresarán.

Amilcar Luis Blanco (Pablo Picasso "Mujer echada")

lunes, 3 de junio de 2013

RIACHUELO






















Noches en el estigio,
en la confluencia del tiempo con el tiempo,
donde amarran los cuerpos como nieblas
y las comisuras de las dos orillas
abren las nostalgias y alzan velas ebrias
de un vaivén de sombras.

Hay una silueta de mujer
en labios de lacre bañados de ausencia
y restos de lunas de las despedidas
cabrilleando lentas en el agua lenta
y pardas y oscuras desde sus reflejos
se levantan muslos,
grupas, senos, curvas
de musculatura.

Hay un beso largo y hamacas de sueño
para quienes fuman el gris desencanto
junto a los espejos del agua desnuda
y baten sus almas con las negras ondas
y escuchan crujientes poleas al viento
y guardan silencio.

Amílcar Luis Blanco ("Regreso de la pesca" por Benito Quinquela Martín)


Amílcar Luis Blanco

Niebla del Riachuelo - Diego el Cigala & el Bebo Valdes video HD