Yo te bailo vibrante, desde mi alma,
con un impulso lánguido; apetito
de vals y de rodeo y de áureo mito
desde el liviano suelo de la calma.
Giro contigo en vórtices de fuego
se mezclan los alientos y humedecen tus manos
cada vez bien te toco, mal te ruego,
duérmete en mi, abandona llantos vanos
escrúpulos y miedos y bailemos
este vals desde el alma y elevemos
nuestra pasión, la llama de un deseo
quemándonos los cuerpos, sin arreo
o conteniéndonos apenas y giremos
otra vez y otra vez, en cada vuelta.
Los cuerpos se disuelven, se vierten y se esfuman.
Y el centro desde el suelo nos abre una compuerta
de nosotros al cielo; nuestros cuerpos exhuman
ese ángel en un vuelo hacia alturas, despiertan.
AMILCAR BLANCO (Blog destinado preferentemente a la poesía propia) Los derechos de autor de lo publicado y a publicar en este blog están reservados y protegidos por la Dirección Nacional del derecho del autor-dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la República Argentina- Expediente N° 933882
Hermoso, Maestro, tu poema es un aleteo angelical y una pirueta del espíritu transida de sensualidad y deseo, de amor profundo también. Me emociono al leer tal belleza de versos, gracias por componerlos para nuestro deleite, Maestro.
ResponderBorrarUn beso enorme.
Desde el alma bailan los cuerpos ese vals que envuelve la melodía de tus versos.
ResponderBorrarUn beso.
PD.- Soy María de "Mi pluma de cristal", lo que pasa que cambié la carita azul por mis propios ojos.
Gracias Mayte, Poeta y Maestra, te mando un beso desde mi alma.
ResponderBorrarSí, este vals tiene bien puesto su título, agradezco tu comentario. Un beso
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