A pesar de la lluvia yo he salido
a tomar un café. Y estoy sentado
tras el cristal vibrante y empañado
de este café a poetas ofrecido.
¡Pero tú nunca, padre, habrás venido
de tu vida a trasmano fatigado
a fumar un Gauloise bien apretado
en el barrio latino consabido!
Melancólico, acaso más abierto
tu hijo te trae ahora, padre muerto.
Vuelves a mi, te alejas, te me pierdes,
la lluvia insiste, núblanse mis ojos.
Pasa un clochard envuelto en sus despojos
ruedan los grandes autobuses verdes.
Cesar Fernández Moreno.-
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