En dolorosa soledad ardías
como un leño encendido sin memoria.
Sola, y abanderada de la gloria
Eras la que te ibas de tus días.
Eva Perón con pueblo te morías.
Entrabas a la aurora de la historia
Eras un sol, y un cielo de victoria
se agigantaba en tus fotografías.
Hecha de luz, de nervios, por tus manos
que actuaron y
quebraron las tristezas
se hicieron realidades las promesas
y los pobres se hicieron soberanos
Eva, Evita, naciente en los arcanos.
Hechas de luz y sueño tus proezas.
Amílcar Luis Blanco
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