El tiempo cae alrededor del agua
y el alma canta en el solar del día.
La piedra gris recibe dura y fría
los golpes de las olas en su fragua.
Una corriente agraz, procaz y umbría
contra espumas bordándole su enagua
socava entre las grietas la sombría
oscilación del mar cuando desagua.
Líquida aguamarina y el velero
en tenue brisa y a motor avanza.
Vamos sobre el vaivén del mar entero.
Sentimos piel y sal, vahos de danza;
la fuerza visceral del marinero
que escribe en su bitácora esperanza.
Amílcar Luis Blanco
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