
Hay demasiada risa en tu sonrisa.
Toda de sal, toda de azúcar, ansias
de agradar en efímeras instancias,
diluir amargura a toda prisa.
Frivolidad, absurdos, cortapisa
para momentos tristes y prestancias
para encubrir crueldades y arrogancias
de la bárbara casta que nos pisa.
Y apareces entonces sonriente,
birlándole el dolor a los dolidos,
en un registro falso, impertinente,
donde gozan los cínicos, los idos,
adictos a la huida displicente
de atender sentimientos compartidos.
Amílcar Luis Blanco (Pintura sobre tabla de la pintora mejicana Anabel Diaz)
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