“Yo se que ver y oír a un pobre enfada,
cuando se viene y va de la alegría,
como un mar meridiano a una bahía
a una región esquiva y desolada”
Miguel Hernández
Cielo del apetito no saciado
y el dudoso color de la esperanza.
Languidez y vacío y cruel tardanza
de todo lo querido y lo deseado
Movimiento del cuerpo trasegado,
deglutido entre dientes de bonanza
a la opulenta usanza
de quienes siempre lo han esclavizado.
Y en la región sombría la semblanza
apenas dibujada de un temblor esbozado
un parpadeo de ira que no alcanza
un revelarse siempre en el costado
de un mundo que le niega su pitanza
y entra en su aliento ya desalentado.
Amílcar Luis Blanco ( “Familia pobre y niño trabajador”, pintura
por Federico Bassi)
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ResponderBorrarLa pobreza, que a todos avergüenza como si se tratase de una culpa, tan bien retratada en estos versos tuyos, donde la fluidez de la palabra conduce a certezas.
ResponderBorrarMi enhorabuena, Poeta.
¡Ay de la pobreza que nos duele tanto y no podemos evitar, como si una herida se abriese fuera de nosotros cuando tenemos la dicha de tener con qué!! Sin palabras. Gracias querida amiga Mayte.
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