He sumado paciencia
en lo que fue del día.
Especialmente a la tarde,
cuando mis ganas
se tornaron ridículas
y me provocaron pruritos
y soledades en todo el cuerpo.
Vencer no es la consigna.
La consigna es durar.
Seguir viviendo pese al miedo,
a la certeza de la soledad
vestida y oculta con velos
de ilusiones trabajadas
en cada uno de mis silencios.
Somnolencia y olvido
para alejarme de esa igualdad
tan humana y cobarde.
Ella me enceguese y uniforma.
Me da su visto bueno;
la amarga sensación
de una ingesta abundante.
Amilcar Luis Blanco ("Simposio di Platone", oleo sobre tela de Giambattista Gigola
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