
Hay un dolor de lágrima encendida.
Es la huella del agua de una fuente
de llantos y de lutos sin medida
vueltos de modo impar a este presente.
Hoy como ayer la muerte nos convida.
Vivamos sin mezclarnos como gente
pero comunicados porque anida
su hoz en lo gregario y contingente.
Vino en guerras mundiales su redada
y también en hambrunas. Vino en pestes
a cosecharnos con sus raudas huestes.
Hoy viene como siempre solapada,
global, envuelta, bien disimulada,
en hábitos ingenuos y terrestres.
Amílcar Luis Blanco (Pintura de Rodolfo Abularach - "La peste negra"- Museo de arte moderno en Guatemala)
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