En la madrugada
el cielo y el río
se nutren del alma desnuda
del frío.
La luna morada
retira su ayuda
de la melenuda
copa del sauce
y el líquido cauce
blanco de alborada
eleva relentes
de vapores finos
sobre los pinceles
verdes de los pinos.
Se prolonga el alma
La atmósfera azul
en el agua calma
extiende su tul.
Amilcar Luis Blanco
Tan hermoso como el paisaje con que lo ilustras, Amílcar. Bucólico, bello...
ResponderBorrarGracias, Mayte. Besos
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