Mi vida es una película de la que,
obviamente,
soy el protagonista.
No puedo dejar de estar en pantalla
cuando me bajo a la platea para verla.
Pero entonces mi desempeño actoral
se debilita, mi imagen palidece.
Me gustaría dirigirla
o encontrar a quien la dirige.
Me he bajado a la platea en muchas salas
y he hablado con los otros espectadores
que me chistan o tratan de hacerme callar.
A ninguno he llegado a poder preguntarle
por el Director.
Me dejan sin aliento, sin palabras,
y varias veces me expulsaron de las salas
y he tenido que volver a la pantalla
a seguir la trama de mi destino
sin poder consultar al Director.
Amílcar Luis Blanco (Imagen de "La Rosa púrpura del Cairo", la película de Woody Allen)
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