Ese paso salido de vos misma
entrándote en sonidos de laud
descalza los sentidos.
Mete mi corazón en la marisma
y me tiembla en el cuerpo y la salud,
descalabra sin orden mis latidos.
¿Adónde irás mujer?
Esa arcilla moldeada de tus piernas
por la divinidad de un alfarero
que quiso contener
melodías enfáticas y alternas
en un espacio azul de vertedero.
¿Adónde irás mujer que no te sigan
mis corazones yendo a tus tristezas,
yendo a esos negros ojos que hoy hostigan
con sus opacas sombras mis pobrezas?
Amilcar Luis Blanco ("La concertista", oleo sobre tela de Norah Borges)
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