
Las manos transparentes de la aurora
transformaron en pájaros las sombras
y extendieron escualidas alfombras
en el delirio insomne de la hora.
Ojos de insomnio abrieron a deshora
esa vigilia de hábitos que nombras
donde vives los ritos y te escombras
entre prisas y rictus desbordando tu ahora.
Pasás segundos de desvelo urgentes,
sufrís, deseas, pensás, tendido sobre fuego.
Vuelan y vibran en tu cielo erinias.
Ya no hay alivio de alas transparentes,
ni hacia tu frente almohadas de sosiego,
coronas de ángel para que te ciñas.
Amilcar Luis Blanco ("Insomnio/Insomnia", carboncillo sobre papel tonal de Vladimir Leleiva)
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