Mujer cuando te duermes quiero seguir velando
para ver aquietadas tus aguas amarillas
y las luces y sombras que enciendes. Tus orillas
suspenden la vigilia si te estoy contemplando.
Tus párpados son alas cerradas reposando
y en tus labios relajan oscuras manecillas
relojes atrasándose en lentas maravillas
porque te relojean y están acariciando.
Tus piernas y tus brazos se sueltan sin concierto
en nalgas, muslos, grupa y pantorrillas
y tus ebúrneos senos y tu estrecha cintura
duermen como se duermen las dunas del desierto
cuando los vientos le anclan sus cascos y sus quillas
por fin dándose amantes a la sensual postura.
Amilcar Luis Blanco ("Trópico", oleo sobre tela de Fabio Hurtado)
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