En el claro de acero del espejo
tu cuerpo me mostraba la ígnea fruta
del deseo mordaz, urdimbre astuta,
seductora y audaz. Arduo reflejo
de la sed y el versátil aparejo
lábil y tentador. Transida ruta
de un comienzo feliz que siempre muta
hacia el dolor de lo que pierdo y dejo
Tu amor no se me da. Nada me inmuta
Sólo tu amor pondría en mí el festejo
de una pasión absurda y absoluta.
Queda tan sólo un pálido bosquejo
de lo que pudo ser; una permuta
entre el ser y el no ser al que me alejo.
AMILCAR BLANCO (Blog destinado preferentemente a la poesía propia) Los derechos de autor de lo publicado y a publicar en este blog están reservados y protegidos por la Dirección Nacional del derecho del autor-dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la República Argentina- Expediente N° 933882
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El acerado frío del espejo muta pasiones con disoluta gracia y en el bosquejo de sus facciones, pierden las grutas los callejones que conducen a esas treguas innatas de entreguerras que conmueven los mundos y sus rincones.
ResponderBorrarCon mi admiración por tu savoir faire...
¡Ay! Tu figura en el espejo suelta
ResponderBorrartoda su gracia oculta.
¡Ay! Tu boca, tus ojos, cómo duelen
en el acero transparente y muelen
un corredor de sombras que te insulta
si no fueras la luz, pero luz eres,
luna, sol, esperanza, Venus, Ceres.-