¿Cómo no creer que tu asistencia pura
fuera el agua que corre largamente
por el jardín de mi existencia oscura,
si al ya no estar destruyes el latente
sueño que gobernaba mi locura
y quiebras el sonido y la hermosura?
Si ya no estás, amor, si ya te has ido
como se van las aguas y los días,
escurriendo su luz y su sentido
entre sombras, distancias y apatías.
Habrá un reloj que marcará un latido
tras cinco horas de tu yo vacías
Y habrá también, quizá, una melodía,
incesante, surgida de tu ausencia;
y una rosa ligada a una apariencia
que floreció en mi edad y aunque tardía
prendó mi corazón y mi conciencia
y les dejó una atroz melancolía.
AMILCAR BLANCO (Blog destinado preferentemente a la poesía propia) Los derechos de autor de lo publicado y a publicar en este blog están reservados y protegidos por la Dirección Nacional del derecho del autor-dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la República Argentina- Expediente N° 933882
La ausencia esta en tu mente
ResponderBorrarElla nunca está ausente
Cerrando los ojos la encontrarás cercana.
respira su aliento, emvuelve tus sueños, la magia de blogger hara simplemente el resto
Por fin pude comentar.Lo habia tratado por unos minutos .Mi impaciencia femenina!!!!!!!!!!jaaa! Por fin pude!!!
ResponderBorrarMucha, agradezco tu visita y tu comentario y también tu esfuerzo para poder dejármelo. Un beso.
ResponderBorrarQué la melancolía no tiña las horas de tus días, porque ella regresará y cubrirá sus anteriores ausencias con la calidez del mediodía. Porque ella late en tu corazón y en él encuentra su refugio y sabe que quienes la dañaron no hallarán entre tus ventrículos la puerta abierta para perpetrar sus males, que sólo ahora una paz monacal invadirá, como un refulgente astro, la impaciencia por encontrarte entre las aparentemente desordenadas letras...
ResponderBorrarUn gran beso, Maestro.
Las ausencias duelen muy profundo cuando se ama mucho, dejando un gran vacío en el corazón.
ResponderBorrarUn beso, poeta.