
Roja como amapola crece el ansia
de mi sangre encendida al esperarte
y en pétalos de fuego el viento parte
preñado de una cálida fragancia.
Un aire marinero, una flagrancia
de sol y sal destruye cada parte
del horizonte exento de estandarte.
Las amapolas dan tu resonancia.
Sólo las amapolas, pasionarias
del amor compungido de distancias
imposibles de andar y refractarias.
Y esos pétalos tiernos, sin ganancias,
vibrantes como labios puros, parias,
sólo besos de viento y arrogancias.
Amílcar Luis Blanco
Ayyy, ahora sí que este poema ha quedado bien editado, pero antes era igualmente bueno, porque el contenido era el mismo, independientemente del continente.
ResponderBorrarMis congratulaciones, Maestro!!!
Hermoso y sentido soneto.
ResponderBorrarQuise seguirte y el sistema no me dejò, volveré a intentarlo.
Gracias por llegar!!
Un abrazo
Rojas esas ansias, rojas esas amapolas y rojo ese soneto de aire marinero, de aroma salino como las lágrimas que brotan de la emoción de leerte, Maestro.
ResponderBorrarUn beso de viento...
Bellos versos decorados con amapolas y pétalos tiernos y dulces.
ResponderBorrarUn beso.
Gracias, mil gracias a tí, Mayte, por haberme dado el asesoramiento para que saliera bien publicado. Un beso de amapola rojo de viento apasionado.
ResponderBorrarGracias por haberme seguido Marian. Seguiré visitando tu sitio para leerte. Un abrazo.
ResponderBorrarGracias María. Me alegro que te hayan gustado esos pétalos de mis amapolas. Un beso.
ResponderBorrarAcabo de leer tus versos en el blog de Dalia y me han encantado.
ResponderBorrarUn gusto conocerte.
Un beso.