Después, antes de todo, está el olvido,
su invisible inmanencia, su silencio;
un desierto sin nadie, repartido
entre el tropiezo gris que reverencio.
Hay sucesión de cosas y sonido,
ese tren que no viene o que se ha ido,
cayéndose del mundo y me aquerencio
a lo inmediato laxo y conocido;
pánico de caer al torbellino.
Hay mujeres de espaldas y no vuelven,
frentes ya ralentadas, manos, ojos,
sin caricias, miradas y despojos,
fotografías, útiles, ensambles,
deseos que han perdido miel y sables.
Porque ante todo está lo que se ha ido
paradójicamente y sobreviene
sin saberse de dónde. Hay un camino
y trae alud de forma y de sentido
y transparencia en ciernes y un ejido
de sombras e inquietantes parabienes
¿Será el olvido el mar del que proviene
tanta ternura atroz, tanta penumbra,
porque nos deja ser y nos sostiene;
luego de ensombrecernos nos alumbra?
Amílcar Luis Blanco ("Desnudo de mujer" por Joaquín Sorolla)
entre el tropiezo gris que reverencio.
Hay sucesión de cosas y sonido,
ese tren que no viene o que se ha ido,
cayéndose del mundo y me aquerencio
a lo inmediato laxo y conocido;
pánico de caer al torbellino.
Hay mujeres de espaldas y no vuelven,
frentes ya ralentadas, manos, ojos,
sin caricias, miradas y despojos,
fotografías, útiles, ensambles,
deseos que han perdido miel y sables.
Porque ante todo está lo que se ha ido
paradójicamente y sobreviene
sin saberse de dónde. Hay un camino
y trae alud de forma y de sentido
y transparencia en ciernes y un ejido
de sombras e inquietantes parabienes
¿Será el olvido el mar del que proviene
tanta ternura atroz, tanta penumbra,
porque nos deja ser y nos sostiene;
luego de ensombrecernos nos alumbra?
Amílcar Luis Blanco ("Desnudo de mujer" por Joaquín Sorolla)
Ya estoy de nuevo aquí para gozar con la belleza y excelencia de tus versos.
ResponderBorrarBello poema, sobre todo, la última estrofa interrogante, amigo poeta Amilcar.
Buen fin de semana. Besos