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Canto a la fiebre del canto,
a la encendida orilla donde Shangó palpita,
mueve las plantas nacar de sus pies
y acomoda los labios de ébano bruñido,
gesticula,
camina y adelanta la mandíbula hiriente,
camina y retrocede y murmura y canta:
"Blanca, bajo tu piel de nacar
una negra persigue
tu ilusión de azucena"
"Negra, bajo tu piel de cobre
hay andar de pantera
y una envidia de blanca
que desespera"
Se mueve blanca en la sombra
y negra en la claridad
la mujer blanca,
la mujer negra,
del orishá.
Bajo la luz de la luna,
flotará,
vestida de alborada
flotará,
calzándose espuelas
cabalgará montando el horizonte,
cabalgará,
y dejará un fulgor en las guitarras
palpitante.
Será el ardor del beso derramado
sobre los párpados de Shangó.
Amílcar Luis Blanco
(Fotografía de Manolo Caracol y "Mujer acostada", pintura de Paul Gauguin)
AMILCAR BLANCO (Blog destinado preferentemente a la poesía propia) Los derechos de autor de lo publicado y a publicar en este blog están reservados y protegidos por la Dirección Nacional del derecho del autor-dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la República Argentina- Expediente N° 933882
Un poema hermoso, bien trabajado en su forma y en el manejo de la palabra y un homenaje a Orishá, esa divinidad de la mitología Yoruba.
ResponderBorrarTe envío mis felicitaciones desde Suecia.
Agradezco mucho tu comentario, Gustavo y que hayas llegado a este blog nada menos que desde Suecia. Te envio un cordial saludo
ResponderBorrarBellísimo poema, Amílcar, dedicado a los orishás, aunque corrijo a Gustavo, si él me lo permite, pues Orishá no es una divinidad yoruba, sino que los orishás son el conjunto de divinidades yorubas, su panteón, por así decirlo. Orishás son Changó, Ochum, Yamayá, Obatlah...
ResponderBorrarMuchos besos y mis felicitaciones.
Gracias a tu precisión he corregido el poema porque es cierto lo que dices, queridísima Mayte.
ResponderBorrarMiles de besos para tí