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jueves, 19 de abril de 2012

El nuevo minotauro



Dionisios recorrió en la madrugada
la playa constelada por su propio sopor.
En su arena, Teseo, sin muestras de dolor
había dejado a Ariadna despechada.

El orgiástico Dios, por su mirada,
de Ariadna cogió el lánguido temblor
del llanto que velaba su mudo sinsabor
y convirtió a la hija de Minos en su amada.

El vino transformó a la enamorada
que fuera de Teseo a ser ya de su ardor,
de su lascivia sólo cautivada,

promiscua, del instinto y el goce, sin candor,
a las fiebres urgentes de Afrodita entregada.
Un nuevo Minotauro nació del desamor.



Amílcar Luis Blanco (Ariadna y Dionisos por Louis Le Nain)







4 comentarios:

  1. Muy bello soneto, mi querido Amílcar. En él recoges el mito de la Ariadna abandonada por Teseo y redescubierta por Dioniso, y la incapacidad de ésta para volver a amar, capaz ya sólo de sentir pasión animal, lujuria exacerbada, pero no amor.

    Mis felicitaciones, Maestro.

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  2. Buen poema, donde se une la mitología con sentimientos que aún pueden ser sentidos por la humanidad de hoy día.
    Me ha gustado mucho,ya que tiene el gran valor de todo soneto,además . Mi cordial saludo

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  3. Como tantas veces me ha inspirado tu último poema en tu blog principal sobre Ariadna. Esa Ariadna de tu poema que descubre que su amado Teseo la consideraba un lastre después que éste la abandona y entonces a través del vino, del alcohol, descubre a su nuevo amante Dionisos. Muchos besos para tí y feliz semana

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  4. Gracias por tu comentario Francisca. He ido a tu blog y me ha gustado mucho tu soneto sobre Extremadura.
    Mi cordial saludo para ti desde Argentina

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