Hoy estoy olvidado, distraído,
cayendo como lluvia congelada,
absorto, iluminando la perlada
faz estelar desde mi absurdo nido.
¿Será porque mi amor busca el olvido
que la atmósfera está desalentada
o porque el tiempo y la creciente nada
me marginan del mundo y su sentido?
Hay un silencio que calló el sonido
de una voz que me falta; una mirada
cuya luz se oscurece en lo prohibido.
Llueve sobre esa luz desmantelada
y soy el agua, el cielo deslucido,
trémula sombra gris, desangelada.
Amílcar Luis Blanco ("Trás la tormenta" oleo publicado por Enrique Caballos Sobrino)
Hay un silencio que calló el sonido de una voz que me falta; una mirada
ResponderBorrarcuya luz se oscurece en lo prohibido.
Precioso, hay párrafos que sin saber porque se quedan. Un abrazo.
Gracias, Lola, me alegro que te haya gustado. Un abrazo también para vos.
ResponderBorrarVeo que paso por aquí mi adorada amiga Lola :)
ResponderBorrarQue bello poema , triste pero bello
Un abrazo desde mi México