“Siento un dolor de lianas
que va desde mi pecho hasta mis tripas
debatiendo el comienzo
de este adios que no cesa.
Un llanto de malezas y estaturas dormidas
conteniendo en los párpados sus lagunas de fuego.
Me parezco a un fantasma adentro de la
jungla
Y espero que despierten
tigres que languidecen en inquietas
hambrunas”
Hay un vacio de ángel latiendo en el
follaje
Y la selva se aquieta y gime su garganta:
“Cuando le dí mi amor, ella vestía de agua.
Y salida de un sueño despedía
un aroma cimbreante de magnolias.
Cuando le dí mi amor ella se enjaretaba,
sonreía, se acostaba a mi lado y me
observaba
como se mira a un rey. Ella pasaba
a un lado y otro lado de mi cuerpo
y los dos sabíamos que estábamos
en la espesura del silencio y hasta las
bestias
en la foresta nos guardaban, fieles a la
palabra
descendida del cielo”
“Y ahora, este sabor acidulado,
a hierro confundido, a marchita corola
que ha dejado su fruto, el que me diera
hace sólo un momento, la ha apartado…”
“¿Acaso la palabra o la manzana, igual que
la cicuta,
contengan el vacío de la ausencia, la
soledad,
el miedo, la vergüenza, el pánico, la
muerte?
Eva nacida de mi costado, inadvertida casi,
me dio a morder su ausencia, mi nostalgia,
y se vistió de ardores y vergüenzas
para hacerse de nuevo encontradiza
en otro mundo ahito de gentío, del que
nadie regresa”.-
Amílcar Luis Blanco ("Adan y Eva" Tintoretto)
Hola Amílcar, esta es una entrada intensa, llena de matices, y de mil cosas para reflexionar.
ResponderBorrarYo te siento deambulando entre las palabras de la vida y las del alma, y sé que no andas perdido pero a veces estas tan lejano…
Pero el amor , cuando se viste de agua estas perdido amigo, porque se instala en tu sed y en tus ojos, en tu sentir lleno y cuando se va tan vacio, es una hermosa sensación a ratos, y cuando se instala en nosotros, es tan difícil, que más de una vez quisiéramos morir. Entrada preciosa. Un abrazo amigo.
GRacias por tu comentario, Lola. Es cierto el amor cuando se va nos deja vacíos. A lo mejor Adán sintió en la nueva, para él, vergüenza de Eva, en su miedo, en sus escrúpulos, que el verdadero Paraíso era el de la ignorancia. Un fuerte abrazo para vos.
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