En la guerra, mujeres, las soledades crecen
Y esa leche que pierden vuestros desnudos pechos
es la líquida luna cayendo en los barbechos
de las tierras abiertas y cuerpos cuando escuecen.
En las turbias heridas de vidas que perecen
hay naves de quehaceres navegantes deshechos,
bogan entre tinieblas, marasmos contrahechos
y quiebran con sus proas la paz y la estremecen.
En la guerra, mujeres, vuestros flujos guarnecen,
una esperanza mansa de suaves antepechos
y la luz y la leche les brotan y enternecen
secos miembros partidos, arduos cuerpos maltrechos,
toda la tierra misma y el mar donde se mecen
ojos blancos; soldados sobre angustiados lechos.
Amilcar Luis Blanco ("Las bañistas" Oleo de Carlos Quizpez Asín)
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