Saco a veces a mi soledad de mi vida
como a una bailarina al margen de la pista
porque no me sigue el paso.
Ella se queda muda entonces.
Muda y desconcertada.
Y se observa los pies y hasta solloza.
Sabe que buscaré otra compañía
y habré de reemplazarla
y no serán sus pies y no será su paso.
Sabe también, por eso me sonríe,
que volveré a su mano y su cintura
para bailar los dos la última pieza.
Amilcar Luis Blanco (Obra pictórica de José Linares Molina)
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