Aquí el sol me promete llegar a sus cabales
deshacer en sus rayos la humedad y los males.
En esta fiel pradera la verde sementera
da su oxígeno y alma a la luz y a la espera.
En la rubia distancia del trigo los vitrales
arden y se propagan y en gestos espectrales
desmoronan las sombras en una enredadera
que junto al muro guarda su oscuridad señera.
Estamos en el campo y el barro y la madera
construyen los instantes junto a los naranjales
y el caminar cansino de la hora modera
la ansiedad y deslíe su acuciosa manera
y lleva una templanza de cielos ancestrales
una fuerza de antaño y otoño que atempera.
Amilcar Luis Blanco (Pintura de Florencio Molina Campos)
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