AMILCAR BLANCO (Blog destinado preferentemente a la poesía propia) Los derechos de autor de lo publicado y a publicar en este blog están reservados y protegidos por la Dirección Nacional del derecho del autor-dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la República Argentina- Expediente N° 933882
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lunes, 29 de junio de 2015
LEVEDAD

Andando,
sin encontrarnos,
mal o bien,
en calles, plazas, veredas
o solos en un andén.-
Viajando,
sin abrazarnos,
sumarísimo desdén,
mirando casas y barrios
desde el tren.-
Dejando
sitios, lugares,
hombres, mujeres,
ciudades
y quehaceres.
Amando,
un amor que se deslíe
y al tiempo transcurre y ríe
y nos convierte en pasado.
Amando,
un amor que se deslíe
y al tiempo transcurre y ríe
y nos convierte en pasado.
Sintiendo
el páramo agudo,
filo de la soledad,
cortando el premioso nudo
del amor o la amistad.
Todo leve,
fluido,
ligero.
Una huella en un sendero
que el viento deshace y mueve.
Desnudos al fin, sin liga,
aislados
y en muchedumbre.
Pesa la coyunda viva
de nuestra leve costumbre
de ser así maniatados,
leves, ligeros, vacíos,
contemplando y contemplados.
aislados
y en muchedumbre.
Pesa la coyunda viva
de nuestra leve costumbre
de ser así maniatados,
leves, ligeros, vacíos,
contemplando y contemplados.
Amilcar Luis Blanco
viernes, 26 de junio de 2015
Aires de celo
cuerpo dado a otro cuerpo sobre almohadón de sombras,
arriba abajo, abajo arriba, arriba abajo;
Tu boca es rosa y se abre a los labios del viento
Labios de fuego y aire contra labios de linfa transparente
rozándose desnudos, ofreciéndose en pétalos;
roja rosa llevándose tu rostro,
poniéndole su centro mientras la angustia vuela
más allá de los ojos desde universos a horizontes.
Roja rosa poniéndote en el centro,
donde el alrededor de la tristeza llueve
mientras la angustia vuela y vela.
Donde lo triste llueve su grisácea ternura
pero a la vez la angustia vuela y, barca a vela,
va a nortes desatados en torbellinos y novelas.
Aires de celo cegándose, sesgando todo anhelo,
compendiando los cuerpos desnudos sobre el trigo
porque estallan de espacio las tolvas amarillas,
las ráfagas de un cielo de temblores y látigos y arenas.
Estalla para siempre la furia del deseo.
Estalla para siempre la inmensidad del vuelo
y la pesada lluvia cae sobre mansa arena.
Todo a la vez se cierne y se seduce
se disipa y entrega.
Los cuerpos gimen, ayes, cuando chocan,
ruidos blandos y duros, suenan como chasquidos.
Son materias latientes y ligeras pesadas
que se hacen más ligeras, puro temblores, flojas,
como sombras transidas, hojas, enredaderas.
Aires de celo, aires como rojas panteras,
aires ya sulfurados, ya tranquilos, después de haber pasado,
después de haber unido los cuerpos extendidos,
antes, premiosamente antes,
de que sus muertes los dejen debajo de la tierra,
los echen al olvido convertidos en polvo y en cenizas.-
Amilcar Luis Blanco ("Jupiter and Io", oleo sobre lienzo por John Hoppner)
jueves, 25 de junio de 2015
LIENZO ESTATUA DE LOS AMANTES
Altivo amor tallado, convertido en eterno.
Pintado en oleo un mármol al que el beso apestilla.
y en mano sutil de ella toma barba y mejilla
y ojos vacuos que miran a otros ojos de averno.
Torsos sienten, enciman, pesan apoyo tierno
y aún en la fría piedra dan calor a la arcilla
común y se mantienen mezclando cada orilla
de ese amor ya de ambos surgido y hecho terno.
Amor hijo de un cielo que escultural se anilla
en dulzura leonada de magnánimo perno.
Quiero decir un eje central que desportilla
y para los que miran hace al amor externo.
Los amantes extreman este abrazo que brilla
y pinta en oleo un mármol del amor sempiterno.
Amilcar Luis Blanco ("Amor", oleo sobre tela de Sebastián Chelia)
lunes, 22 de junio de 2015
CONFESIÓN
Siento el sonido azul de la palabra y
lo confieso:
nada me importa más que amar y ser amado.
Y eso porque la tierra, el mundo, se
construyen
sólo a partir de ser y de sentirse enamorado.
Y al fin si se deslíen horizontes fronteras
aún en la curva del más siniestro
ocaso
y en su batir encienden alas las lívidas hogueras,
y pájaros contestan en sus vuelos el desliz del fracaso
y confieren tibieza contra sombras y
fríos,
contra sombras y fríos que nos llevan errando de torpeza en torpeza,
aún el amor así nos hace nuestros, releva e inmuniza de todos los denuestos.
Hace sentir también cómo se enciende el mediodía y
nos hace viajar hacia la tarde
y nos deja después adormeciéndonos en el ángel
del aire.
Vivir es transcurrir y transcurrir
pasar de un ser a otro
y a veces el sufrir es un gozar
un viento que en
amapolas llueve.
Y otras veces, las más, es solitario,
nos echa de costado sobre un filo sinuoso de acontecer amargo.
Pero el amor nos cambia, para siempre
nos cambia y azulea
si amamos y nos aman y alivia cada carga y cada cargo.
Porque el amor nos llama desde su
barca góndola y marea
Y nos distrae del mal, la penuria y
la herida
que sangra tercamente luego de la pelea.-
Amilcar Luis Blanco ("El primer amor", oleo sobre lienzo de Raúl Cañestro)
jueves, 18 de junio de 2015
LÍQUIDOS
¿Quiénes se sientan frente
a los espejos de la nada
se incorporan y estiran,
danzan, bailan?
¿Quiénes, hechos espectros,
frente al azogue temerario?
¿Al glaucoma imperativo
que los ciega,
frente al televisor,
a través de la lágrima,
la gota del sudor,
antes de dar a vasto
y basto
a sus realidades, quiénes
se precipitan como
ojos eviscerados,
derretidos,
sueltos y caen,
interminablemente caen
sin comprenderse,
jamás?
Se licúan también,
gotean, llueven,
desvinculándose,
y corroen los sólidos,
líquidos entre las sombras,
líquidos entre metales
y piedras y puñales,
fundiéndose,
transformándose
en aguas,
vertiéndose,
escanciándose,
ingresando al torrente;
la marea doméstica.
Y músculos
y arterias
y venas
y nervios,
lianas entrelazándose,
plásticas y maleables,
sentándose a la mesa,
cocinando,
comiendo,
incurriendo en tareas,
metiéndose en el flujo,
siendo flujo, fluidez
y tiempo,
sólo transcurso,
tiempo,
pero cuerpos,
inabarcables brazos,
inalcanzables piernas,
manos innumerables.
Yo.
Nosotros.
Todos.
Amilcar Luis Blanco (Fotografía líquida de Markus Reugels)
lunes, 15 de junio de 2015
Estas sílabas rotas

Estas sílabas rotas,
las no usadas o harto usadas,
que vienen de la queja y la impotencia,
del indocto parlante,
que las corta y las monda a su medida,
componen las palabras y el poema.
Como rengos y mancos, tartamudos,
sordomudos y ciegos componen muchedumbres
guiadas hacia el centro del púlpito o la cátedra.
Se oyen en todas partes
y salen de cofres de silencios,
de auras angelicales y pechos enconados
y gargantas vacías como hogueras.
Por la cesuras, quiebras, por las grietas oscuras
del idioma, del habla, del coloquio,
los cánticos se filtran, surgen de la intemperie de los gritos,
de consignas hirsutas desafiando las sombras,
de los ayes enhiestos, pancartas, banderolas;
son las sílabas rotas
pronunciándose aupadas por vientos y mareas.
pronunciándose aupadas por vientos y mareas.
Todos las pronunciamos casi sin conocerlas,
sospechando que del ritmo que llevan,
de las cadencias parlanchinas, de las hablas,
saldrá la luz y el paquebote del discurso,
el relato, los pilares dialécticos de la tragedia
y la filosofía y uno mismo moldeado, articulado,
convertido en palabra,
trajeado de sentido,
aún cuando más no sea
"in artículo mortis".
Una babel de imágenes y sueños,
en inglés, español, francés,
en alemán, en ruso, en portugués,
en todos los idiomas del planeta,
a sílabas contadas, hurtadas, quebradas,
degradadas a susurros y murmullos,
estas sílabas rotas,
estas lágrimas fónicas,
estos trozos de risas
aupadas y sollozos,
exclamaciones y suspiros,
llaman por fin, convocan, envanecen,
producen el dislate del rugido
del humano dolor que nos aqueja.
Amilcar Luis Blanco ("Discurso de Lenin en la Plaza Roja", oleo sobre tela de Dimitri Nalbandian)
llaman por fin, convocan, envanecen,
producen el dislate del rugido
del humano dolor que nos aqueja.
Amilcar Luis Blanco ("Discurso de Lenin en la Plaza Roja", oleo sobre tela de Dimitri Nalbandian)
sábado, 13 de junio de 2015
DISENTIR
Antes de discutir frutos amargos
dejémonos vivir. No nos ocurra
agredirnos sin fin; montar la burra
y abollar nuestro amor con necios cargos.
Disentir sobre temas harto largos
venidos como golpes de una zurra
es también la estrategia del que curra
y finge lucidez en sus letargos.
No hay parecer que en otro no se escurra.
No existen las verdades; sólo encargos
de nuestro deseo. La tentación susurra.
Nuestros flujos de ser cargan embargos,
gravámenes, y al otro es justo que le aburra
nuestro drenaje absurdo de descargos.
Amilcar Luis Blanco ("Rolla", oleo sobre lienzo por Henry Gervex)
jueves, 11 de junio de 2015
CANDELA (otro soneto anormal)

Yo te besé en tu estela de naranjos
y te besé en tu llama casi estigia.
De a poco mi alma se acercaba
Era una inmenso ademán sin adiós.
Suspendido /mis dedos aferrados
al borde de la vigilia innumerable/
una enfebrecida manera de buscarte
lastimándose contra nucas y miedos.
Además de mis manos te esperaban
siempre sedientos tus días olvidados/
aspirando a fundirse en mis deseos.
Hay un sabor a labios con azahares/
un padecer la falta de tus melados ojos/
envolviéndome entre las penumbras.
Amilcar Luis Blanco (Fotografía de una amiga)
miércoles, 10 de junio de 2015
TRAGOS DE ANSIEDAD (SONETO ANÓMALO)

Aunque no estés escribo para vos
para estar extrañándote durante
toda una exagerada luna sin verte
nunca /escribo para vos, para vos.
Tu no estar lleva mis dedos al ordenador
y mi corazón a cualquier parte
para que mi vigilia se entretenga en buscarte
y mi distracción te haga el amor.
Si alguien se va de mí sos vos
y también la última que se queda
esperándome echada en el chez long.
Tu ausencia se vierte y pervierte
rapsódica dentro de mi melancolía
y la transforma en tragos de ansiedad.
Amilcar Luis Blanco ("Infidelidad", pintura por Ernest Descals)
lunes, 8 de junio de 2015
YO ME TENGO POR CIERTO

Yo me tengo por cierto,
me tengo por calmado y aniñado
cuando la noche llega
y la voz del agua cae desde sitios distantes,
escurriéndose.
Y deja
charnelas gorgoteantes,
gárgolas y gargantas de hierro a la intemperie,
orinando jardines
gárgolas y gargantas de hierro a la intemperie,
orinando jardines
y pequeños espejos líquidos
en donde beben pájaros y espectros.
Me tengo por agudo y extremado
porque escucho violines,
cuerdas tenues
y se que el viento las agita
y las convierte en cabelleras
de mujeres derramándose
en el alrededor de mis ojos cerrados.
Pero a partir del sueño me hago otros
internándome en pequeños acontecimientos;
existentes o no.
existentes o no.
La realidad es que no se y quizás no sabré nunca,
a partir de mis acontecimientos y mis otros,
quién soy.
Acaso un hombre perdiéndose a sí mismo
en otros seres
en otros seres
antes de despertar
y siempre, por supuesto,
después de haber soñado con un mundo preciso,
o todos y ninguno en el flujo constante de las horas.
o todos y ninguno en el flujo constante de las horas.
Nadie sabe quién es o qué le pasa.
Pero al darle nuestro oído a las distancias,
cuando la noche cierra con nosotros los ojos,
y la lluvia destiñe las palabras,
lento llanto de cielo acongojado,
y la lluvia destiñe las palabras,
lento llanto de cielo acongojado,
nos tenemos por ciertos, aniñados,
y el mundo se derrama y se diluye
y pasamos a ser completamente
quienes somos sin vernos, sin conocernos.
Tal vez nuestros espectros, esos otros,
caminen hechos sombras en la llovizna.
Tal vez nuestros espectros, esos otros,
caminen hechos sombras en la llovizna.
Amílcar Luis Blanco (Pintura de Frank Ayroles)
viernes, 5 de junio de 2015
ALTERNATIVAS
Una vez en el sueño, otra vez en vigilia,
una vez en la vida, otra vez en la muerte.
Abundan las variantes pero en la misma suerte
una vez y otra vez el corazón se exilia.
Una voz al hablar, suspendida al callar.
Cuerpo dado al vivir, al fin para morir.
Alternativas, una a una, de alma impar,
detenerse o andar, gozar para sufrir.
Mientras tanto las tardes vuelven y las mañanas,
cosen su luz a chapas y ventanas,
van enhebrando el día en muchos ojos
y sin medida crecen invariables antojos,
cierran y abren, escuálidas, humanas,
puertas y panoramas, riquezas y despojos.
Amilcar Luis Blanco ("Retrato de dama recostada", oleo sobre lienzo de González Carbonell)
miércoles, 3 de junio de 2015
MI IMAGEN
¿Verme a la sombra y luz de mi palabra
cuando me hundo en sus aguas tanto como Narciso;
en el verbal espejo de ese voluble friso
en que mi identidad se descalabra?
¿Y haciéndome reflejo y mero abracadabra
para abrir mi ademán; ser sólo vago aviso
que a los demás pretende dar el dato preciso,
y es agua movediza de la imagen que labra?
Tal vez en otros seres mi soledad se abra,
mis ojos a otros ojos se den en mutuo hechizo.
Dentro de mi no obstante yo sentiré la magra
desilusión sin eco del ciego advenedizo,
de ser testigo infiel y en lo vano bisagra
entre aguas inefables, infierno y paraíso.
Amilcar Luis Blanco ("Eco y Narciso", pintura de John William Waterhouse)
lunes, 1 de junio de 2015
Me suena (Poema y soneto inspirados en en el gran Cesar Vallejo)

"Y no saben que el Misterio sintetiza . . .
que él es la joroba musical y triste
que a distancia denuncia
el paso meridiano de las lindes a las lindes"
Cesar Vallejo, de su poema "Espergesia"
Pasado el meridiano de la angustia
me suena ya el clamor del epitafio,
jamás escrito, nunca oído, aunque padezca
la brillantez del mármol; esa pátina simple
y bien terrible, cuya textura puede socorrernos.
Porque la muerte ayuda, su promesa segura,
a soportar, como dijera Hamlet,
noches, días, odios, injusticias y humillaciones
dentro de nuestras cabezas hechas fábricas.-
Es decir, aunque el miedo nos sacuda
en el embudo negro del adentro y cayendo
en el embudo negro del adentro y cayendo
con sus tormentas negras y sus nieblas,
sus tórridos pistones trabajando a destajo,
ansíamos paz total, la nada, el paraíso
del olvido y sólo ese terror al pasaje
de una linde a la otra
hace que no avancemos, que no crucemos el estigio,
aunque sintamos a veces sin mesura
estarnos deshaciendo.-
Amilcar Luis Blanco

Mas que morir quisiera yo quedarme,
estarnos deshaciendo.-
Amilcar Luis Blanco
Mas que morir quisiera yo quedarme,
como todos calculo. Como el día,
volver desde las noches a la región umbría
de cada llanto ahíto a consolarme.
Soportaría el sufrir porque sería,
de la tristeza, el mal, mínimo adarme;
y en sangre, luto y lágrimas María
menos dolor que un mundo al despoblarme
Como muchos quisiera al fin, gendarme
de esta orilla del sernos todavía,
cuidar esta frontera, ser, estarme,
en la agónica lucha de la letal porfía
de luces contra sombras. No entregarme.
Pero el Misterio llama y mi alma confía.
Amílcar Luis Blanco (Obra plástica de Oswaldo Guayasamin)
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