Absorta, pero tensa todavía,
al borde mismo del brocal del sueño,
del abismo abierto de un silencio sin guía,
domando una ansiedad que golpea su ceño,
la mujer se ha sentado en su cuerpo que huía.
Otro cuerpo que ancló su movimiento
a sus espaldas ya domó su fiera
y es jinete del lomo del jumento
pero también del ansia de su espera.
La soledad que cunde y se disfraza
habrá de evaporar su dura traza
en la ardiente materia del abrazo.
Y habrán de amanecer en el ocaso.
Amílcar Luis Blanco ("Die schmollende" oleo sobre lienzo de Paul Gauguin)
Este es un poema inspirado en el cuadro de Gauguin
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