
Hay abundancia de fulgor entre nosotros,
sitios hechos de sueño,
melodías de luces que valsean
compás de corazones
golpéandonos las sienes
a cada uno con el cada otro
como si se encontraran dos campanas
a festejar la vida entre palomas
y soltaran bandadas de palabras
para significarnos
viajando en el espacio de opuestas estaciones
solícitas e implícitas
reclamos de perdones
concretos y desnudos,
expuestos, vulnerables,
a veces invisibles
pero que corporizados se introducen
en todos los objetos cotidianos,
en los muebles, las mesas, los sillones
y sartenes y ollas y teteras
en los cuadros de astutas galerías
que trabajan nuestras preciosas vetas
de recuerdos y dones desde adentro.
Amílcar Luis Blanco
Qué hermoso poema has compuesto, Maestro, con unas características especiales y unas texturas infinitas...es, sin duda,un poema diferente, que abrirá nuevas expectativas y perspectivas en tu creación literaria.
ResponderBorrarUn beso y mi rendida admiración, Maestro.
Ah, a Francine Van Hone ya la conocía y me gusta mucho, tengo algunas fotos de pinturas suyas almacenadas en mi ordenador esperando ilustrar alguno de mis poemas.
ResponderBorrarGracias, Mayte, ojalá que se abran nuevas perspectivas, como decís. Francine Van Hove es una plástica fascinante. Deberíamos incluirla en mas poemas. Un beso y mi admiración por vos siempre.
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