Cuando ya no te pueda conjugar
porque el verbo duela
y la impaciencia impida
escalar los pronombres.
Entonces, vuelta légamo o espuma,
sin regazo
que recoja el delirio en una huella
de mi paso;
completamente otra,
como el mar que experimenta
una dentición sucesiva
y ríe interminablemente,
rodearás mi materia de espesura
y me irás disolviendo poco a poco
en tus labios de agua
que regresan del beso
una y otra vez
contra arenas y rocas,
igual al maridaje del viento con las olas.
Y la distancia en ciernes prometerá escanciarte
en la luz de mis ojos de muda incertidumbre.
Amílcar Luis Blanco (Pintura de Lord Frederick Leighton)
AMILCAR BLANCO (Blog destinado preferentemente a la poesía propia) Los derechos de autor de lo publicado y a publicar en este blog están reservados y protegidos por la Dirección Nacional del derecho del autor-dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la República Argentina- Expediente N° 933882
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Éste es, sin duda, uno de los poemas más bellos que te he leído y que he leído en mi vida, mi querido Amílcar. Creo que esas vacaciones al lado del mar te han inspirado una belleza de sublimes versos.
ResponderBorrarMis felicitaciones por ello, Poeta. ¡Eres grande, Amílcar, eres grande!
Muchos besos y bienvenido al mundo bloguero de nuevo.
Aprovecho para saludar a Mayte, que hace tiempo intento poner comentarios en su blog y no encuentro dónde hacerlo.
ResponderBorrarUn beso, Mayte.