Caben en el espacio los espacios,
pero ya no tu carne ni tu sangre,
ni siquiera tu sombra.
Eso porque tu sombra se ha volado;
ha sacudido el alma de tu vida
y tu imagen se escurre en la memoria.
Un volumen de ausencia.
Un esfumado corazón que ahora
no golpea.
Silencio donde tu risa cabalgaba
y también tus palabras;
una respiración que ahora ocupa el viento.
¡El duelo inunda la matriz del llanto!
Y todo se proyecta y recompone
mientras tu luz requiebra transparencias
Amílcar Luis Blanco (Fotografía de mi querida sobrina fallecida)
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