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jueves, 11 de diciembre de 2014

Las navidades y los días (Villancico)


















“Navidad, hoy es navidad
Es un día de alegría
y felicidad…”

Y cuando el pino de germánica saga
apagada por fin la epifanía
huya después hacia la sombra esclava
de otras noches habrá un siguiente día,
común, de calendario,
de sucia y triste necesidad,
que difundido en multimedio diario
entrará por el ojo de aguja que se fía
en la inconquistable realidad

¿Qué más da?

Regresarán los cartoneros
tirando de sus carros botelleros
ataviados con sombras y cordeles
sobre bordes de tachos y toneles
a recoger las sobras y los ceros
Regresarán mendigos harapientos,
en espectrales talles,
deambulando las calles,
estaciones y trenes
pidiendo el pan que alivie sus tormentos,
y se oirán villancicos en túneles y andenes
como en anticonventos.-

¿Quién los escuchará en los melancólicos aires
de las madrugadas de Buenos Aires?

Navidad de solícitas campanas,
gregarias,
legendarias,
y también de anticíclicas sotanas
convocando a los fieles
también a los infieles
de gruesos Santa Clauses,
y de festivas fauces
de shopings cual dragones que consumen
a los consumidores sin cacumen,
devorados por tontas melopeas
que suben densas como las mareas,
a todo volumen.

¿ Se oirá un tango que crezca desde aguas del Plata
y evapore martillos y chirridos y sonidos de lata?

Estridentes y agudos villancicos
gritan y aúllan hasta hacerse añicos.


Y la madre que plancha el desaliño
¡Qué lo parió!
del hijo mal pagado
no podrá ser feliz cual la del niño
que devino hacendado,
después del día
de la alegría,
parido por la absurda lotería
de su sino
en que entró por un ojo de aguja muy abierto
al destino
junto con los camellos y el desierto.

¡Salud para los gratos comensales
de mesas muy servidas,
de abundantes manjares y bebidas,
aún para cautivos menestrales!


Habrán días de playa, legendarios,
para ricas familias de ricos empresarios,
de la pampa argentina,
los del ojo de aguja nómades y falsarios,
de lenta adrenalina.
Ellos darán limosnas y regalos,
para dóciles pobres darán escapularios,
para los hombres malos
y los contestatarios,
sus políticos ¡ Dios! darán los palos.

Así las navidades,
pausas para los días desiguales,
se suceden cubriéndonos a todos,
tapan nuestras falencias y en asfixiantes modos
nos dan días sin culpas celestiales.

Amilcar Luis Blanco ("La navidad de María", pintura de Francesco Trevisani)

4 comentarios:

  1. gracias por compartirnos las letras y los recuerdos... las imagenes y los sueños... que van nadando de blog en blog...
    gracias por estar siempre conmigo en recomenzar..............

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  2. muy bueno tu comentario ...Si soy pata a veces ... el resto es para la imginacion....

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  3. Mucha, con vos compartimos muchísimo, valga la redundancia y, sobre todo, el gusto de estar vivos y de nacer cada día desde nosotros mismos. Te deseo un felicísimo 2011 y ya sabés, no te vayas nunca y quedate siempre.

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  4. Un villancico que se sale de lo común y menos mal, Amilcar. Toda una crítica social sobre estos días que han sido de tanto derroche para unos mientras otros malviven en la miseria más absoluta, pero la Navidad "lava" muchas conciencias...

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