Latiendo entre la borra del silencio
desde un café desde una tibia nada
y con varas de niebla en la mirada
hoy finjo una ceguera y vigilo los goznes
de tu voluptuosidad.
Y cuánto estoy sintiendo tu ventana;
me tengo por ahíto.
Nado en la nave
de tu hospitalidad alta en el cielo.
El absurdo me observa
sigilosamente.
Nadie que me haya visto sabe
que te espero y me duelo en el esperar.
Pero tu ventana se clava en mis ojos
sin misericordia.
Amilcar Luis Blanco ("Esperas al alba", oleo de Sergio Ribeiro)
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