Pasos, pasos, pasos,
en el bochinche del silencio.
Nadie, nadie, nadie,
nunca, nunca, nunca,
en el auxilio de la penumbra.
Árboles, espaldas,
copas, melenas, nucas.
Tripas de lasitud
y languidez
y ayuno.
Y el dolor todavía,
latiendo entre los ojos,
hechos sólo a mirar.
Amílcar Luis Blanco
Pasos de soledad,
ResponderBorrarde sombras,
de silencios
que pesan,
que aprietan
que duelen.
Muy bello tu poema, amigo Amilcar, que además, me inspiran tus palabras.
Un beso.
Esas anáforas necesarias para entender el vacío y la oscuridad de la soledad van marcando el poema,dándole el justo sentido,el desesperado latido y la agonía lenta e inefable hasta el final.
ResponderBorrarDuele el poema,Amílcar,se siente esa soledad de pobre abandonado,de sentirse nada y nadie,de cargar con la vida como un castigo.
Consuela saber que,hay personas solas y pobres,que viven la soledad con aceptación,alegría y cierto equilibrio.Ello siempre es admirable,porque muestran la grandeza de espíritu ante las circunstancias.
Mi felicitación y mi abrazo siempre,poeta.
M.Jesús
Desesperación hecha verso, Maestro, esa soledad que late entre el corazón y las ingles, esa soledad que es arena obtusa y yerma de playa sin océano, esa soledad que hace vibrar las cuerdas de un violín hasta extenuarlas en el silencio de la afonía...
ResponderBorrarAmílcar, Maestro de maestros, tus letras provocan en mí cataclismos de tristezas...
Y de inspiraciones también, pues "vos sos" el auxilio de mi aurora...
Besos de la Niña de Fuego, encendidos como dragones...
soledad expresada magicamente, me ha gustado visitarte
ResponderBorrarUn abrazo
Stella
Te comento como anónimo por causa de google te dejo mi enlace
http://calzandosentimientos.blogspot.com/