Cuando te miro parto
del silencio furtivo de tus labios.
En las líneas abiertas de tu rostro
está la ingenuidad que necesito
para seguir creyendo.
Cuando te miro viajo
al silencio furtivo de tus ojos
y se que tras tus párpados cerrados
existe un paraíso
para los dos creado.
Cuando te miro el ángel
que desvelara Rilke me convoca
porque siento crecer la maravilla
del melodioso par de comisuras
de tus labios y siento que las dunas o ánforas
teñidas de nocturno plenilunio
que me ofrecen tus pechos en silencio
me vuelven a la magia del amor encontrado.
Amílcar Luis Blanco
del silencio furtivo de tus labios.
En las líneas abiertas de tu rostro
está la ingenuidad que necesito
para seguir creyendo.
Cuando te miro viajo
al silencio furtivo de tus ojos
y se que tras tus párpados cerrados
existe un paraíso
para los dos creado.
Cuando te miro el ángel
que desvelara Rilke me convoca
porque siento crecer la maravilla
del melodioso par de comisuras
de tus labios y siento que las dunas o ánforas
teñidas de nocturno plenilunio
que me ofrecen tus pechos en silencio
me vuelven a la magia del amor encontrado.
Amílcar Luis Blanco
Bellísimo tu poema, Maestro, destila una sensibilidad exquisita y una dulzura deliciosa. Gracias por deleitarnos con tu fino arte, amifo querido.
ResponderBorrarTe dejo un beso y mis mejores deseos para la semana que recién comienza.
Gracias, Mayte, siempre tan generosa en tus comentarios. También yo te dejo un beso y que la semana que se inicia sea muy feliz para tí
ResponderBorrarHola Amilcar!!! Què maravilloso poema, bueno tu blog todo! Estoy encantada de venir aquí y tus letras!! Mil gracias por tu visita, he tardado en venir, se me estropeó ordenador y ha sido un poco difícil estar, publicar y comentar pero nunca es tarde si la dicha es buena ;)
ResponderBorrarUn abrazo, ya nos leeremos y que tengas feliz fin de semana!!
Abrazos,
Bea