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lunes, 16 de enero de 2012

LA LUJURIA



Hecho un príapo hirsuto,
con lascivia de sátiros errantes
y sexo basto y bruto
iré sobre tu carne y su apetito;
allí donde sus valvas palpitantes
ya no soporten el carnal prurito.


Exudaré elixires de lujuria,
jugos libidinales,
para mojar la fiebre de tu furia
en liquidos carnales.
Quiero aliviar tu comezón salvaje,
ser tu cabalgadura y sus herrajes
hasta el convulso sismo de tu viaje.


No dudaré labrarte con mi boca
los senos de la tierra labrantía,
el vientre, el pubis, la boscosa roca
y la apertura tierna de la umbría
cavidad que te interna y me provoca.


Mis manos andarán por tus turgentes
nalgas y pantorrillas,
muslos, glúteos, crisálidas fervientes
para las mariposas amarillas
con alas de pestañas
que de tus ojos van a tus rodillas.

Amílcar Luis Blanco ("María Magdalena" de Jules Joseph Lefevre)

3 comentarios:

  1. ese párrafo final perfecto para la intensidad del poema.

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  2. Lujuria que desata, que envuelve, que hace volar y sentir, tierna y desatada lujuria.

    Un beso.

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  3. ¡¡¡Huyyyy, cuánta pasión, Amílcar, desborda!!!!

    Preciosas las pinturas que has elegido para estos poemas que aún no te había leído porque no tenía ordenador.

    Casi tan preciosas como esas metáforas que con tanto brío y tan buen saber hacer empleas, se me han puesto a mí también los ojos mariposones, jeje y te miro desde la cima de tu cabello hasta tu cintura, más abajo ya no me atrevo, jeje, que soy aprendiz de poeta pudorosa, jajaja.

    Mil besos, amigo querido, Poeta.

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