Desvergonzado,
en sí,
desvergonzado.
Hecho una furia atroz.
Hecho un relámpago
Le pegó en la mandíbula,
En el pelo.
En la boca.
En el ángulo sísmico
del miedo.
Y allí donde ella llora.
En el frágil velamen de los párpados,
los que cubren su luz y la atesoran.
Allí le pegó él,
donde más la quería
¡Qué terrible golpearla en tanto amor!
En los labios,
los besos.
En el alma.
Ahora duele y se arrastra,
se lastima
sobre un suelo de sucia indiferencia,
enchastrado en su sangre y en su culpa.
Y su amor, su mujer, lo mira y llora,
Lo mira y duele
Y le acerca la palma sobre el pelo
Lo levanta del suelo
Lo perdona.
Amílcar Luis Blanco. ("Mujer que llora" oleo por Grief)
Que tremendo escrito amigo Amílcar, el maltratador siempre lo es, da igual que después de la paliza te pida perdón, porque después del perdón volverá a golpearte por su incultura, su inseguridad, su no saber ni hablar, por no pedir perdón cuando es el que no sabe tener una vida normal, y solo sabe ser macho frente a la mujer que le quiere, le perdona, y casi siempre es el padre de sus hijos.
ResponderBorrarMe duele tanta intransigencia de los políticos, de las leyes, de la desigualdad social, de dejarnos en casa cada que pueden, y tener que ganarnos cada centímetro de libertad… a golpes. Un abrazo amigo, tu entrada hoy me hace daño en lo más hondo.
Desgraciadamente en todos lados existen hombres pegadores y violentos que castigan a las mujeres, que ejercen violencia de género.-Se que tenés un blog dedicado al tema al que he entrado muchas veces. El poema me lo inspiró ver mujeres golpeadas por televisión y también en internet. Lo increible de muchas de ellas es que los perdonen, que no reaccionen, que no los denuncien.
ResponderBorrarEspero que eso cambie.
Un beso.
30 de julio de 2013 15:24 Eliminar
Uf...qué bueno pero qué triste. Desgraciadamente, aún existen. Un cordial saludo.
ResponderBorrarImpresionante, amigo, tu hermoso aunque triste poema. Encantada de volver a gozar leyéndote.
ResponderBorrarUn abrazo. María
Hiela la sangre y sobrecoge el corazón, como mujer, como persona, que cree en el amor y en la esperanza.
ResponderBorrar