Botas vacías de mujer creciendo,
baldías hacia lo alto,
en la barca voyante de la habitación,
con mi mirada abarcándolas.
Es como si te contemplara toda entera:
botas vacías de mujer creciendo,
alta y ubicua;
dromedario de la domesticidad
y mula de la tuerca noria extractora de cielo,
movida a fuerza de pasión,
a sólo pulso de muñeca.
Mujer alta crecida de las botas vacías,
casi como si bailaras pero detenida,
venida a más y a menos,
inmarcesible asta de tu rostro,
tallo de tí misma y tu melena,
sin maquillaje ni aspavientos;
asta de la mujer encinta
engullida por indiferencias sin cuento
y proseguida en críos ramalajes y augustos
hacia adultos sin miramientos.
Alta mujer venida en botas,
resistidora de los vientos
y de las sonrisas entre sombras que carcomen o flamean,
después de las batallas en las mesas o camas
y los censos barriales de canas;
construida enseguida de las procesadoras de tormentos
y lavadoras y hornos y telenovelas,
mates, cenas, almuerzos, ausencias y tiempos.
Botas sin nadie resistiendo
desde lunas, almanaques y advientos;
aguardando el cansancio y descansando
luego del recio día hasta que llegues
doble desde el suspiro y el incienso
para ponerlas nuevamente en vida
y luz y movimiento.
Botas aguardadoras de femeninos términos en cuerpos.
AMILCAR BLANCO (Blog destinado preferentemente a la poesía propia) Los derechos de autor de lo publicado y a publicar en este blog están reservados y protegidos por la Dirección Nacional del derecho del autor-dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la República Argentina- Expediente N° 933882
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No te lo digo porque seamos amigos, pero es buenísimo, buenísimo, de lo mejor que he leído en mucho tiempo y me recuerda un poco a Lorca y a Miguel Hernández y quizás también a Alberti...no sé, contiene unas metáforas tan especiales, y ese colofón dotado de un ritmo increíble...
ResponderBorrarNo puedo juzgar tu sabia composición con tecnicismos al uso, pues no estoy lo suficientemente versada en materia de análisis poético, pero sí puedo decirte que llega al corazón y emociona y eso, yo creo, que es lo primordial para toda obra de arte.
Muy hermoso homenaje el que le rindes a tu esposa, y seguramente muy merecido también.
Y sigo leyendo, que creo que aún hay más...
Te agradezco mucho como siempre, querida amiga. Me halaga tu comentario y sobre todo que me reconozcas influido por Lorca y Miguel Hernandez y Rafael Alberti, nada menos. Te envío un beso y un abrazo a través del océano, que, con toda su potencia, no es tan fuerte como para separar nuestra amistad.
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