Besos de luz, de sol entre el ocaso,
y guías en el mar de los bajeles;
lunas furtivas de constantes rieles
que llevan siempre al maternal regazo
e iluminan mi vida
nunca serán silencio y despedida.
Guardados bajo párpados de moza
darán su luz de un líquido café,
en cuyo estigio lago se reflejen
llamas del fuego frío de una rosa
que tenga pétalos de sed
y temblarán en mi cuando no cejen
Con ellos hablaré en la madrugada
y en cada noche de voraz encuentro
cuando a los dos nos ponga la mirada
íntimos y salaces beso adentro,
cuando nos inundemos las pupilas
y hacia el tiempo total cerremos filas.
AMILCAR BLANCO (Blog destinado preferentemente a la poesía propia) Los derechos de autor de lo publicado y a publicar en este blog están reservados y protegidos por la Dirección Nacional del derecho del autor-dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la República Argentina- Expediente N° 933882
Precioso, querido Amilcar, realmente bellísimo este poema dedicado a los órganos más bellos que posee el ser humano, aquéllos por donde se adentra en el espíritu...
ResponderBorrarMe encanta su sonoridad y la sensualidad con que lo has dotado.
Y justamente parece que nuevamente coincidimos en el tema, hace poco compuse un poema sobre los ojos y ahora uno sobre la mirada y es que...nada hay que lleve más al amor y a la pasión amorosa, que los ojos y sus miradas, ¿no?
Te dejo un beso enorme, mi muy querido amigo y mis mejores deseos para este fin de semana, que te resulte relajante e inspirador.
Gracias, como siempre, querida Mayte. Y es verdad los ojos son dos puertos de entrada al horizonte en elque comienza nuestra interioridad. Yo leí tu poema sobre los ojos y me inspiró. Te dejé un comentario. Ahora también te dejo un beso enorme y un gran cariño.
ResponderBorrar