Ese imponer un texto de neblina
y empedrado en color y fantasía;
otrora de los carros sinfonía.
Encallamientos de álgida marina.
Humos de ayer y hoy en la sentina
evocadora de los desengaños.
Ecos de voces cuchilleras y años
curtiéndose en semblante y brillantina.
Pantorrillas ebúrneas de las minas,
de los malevos y de los geranios
y los malvones y las cinacinas.
Y en los umbrales arduas alegrías
debidas a los baños de las finas
lloviznas grises y otras fruslerías.
Amílcar Luis Blanco
Hola Amílcar, he pasado unos días en Sevilla, ahora paso de nuevo a leerte y a maravillarme. Precioso tu decirlo todo. Un abrazo.
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