Algo vuela en el centro de nosotros,
un parpadeo lánguido, vibrante;
la fuerza de un tropel equidistante
del logos y la lágrima y los otros.
Un equilibrio de soberbios potros
cuyas riendas aferra vigilante
en un radio acotado y circundante
un jinete endiosado de quillotros.
El moscardón, el abejorro, errantes,
zánganos con deseos, sin destinos,
vuelan en direcciones aberrantes.
Víctimas son de sus letales sinos
alrededor de hembras anhelantes
y alimentan progenies y caminos.
Amilcar Luis Blanco (Pintura de Dino Masiero Sauber- "El vuelo del hombre lunar" - Oleo sobre tela)
Un soneto con mucha ironía, tanta como belleza, mi querido Amílcar. Le vendría bien el Romance de Shostakóvich, también titulado "El moscardón", como música de fondo.
ResponderBorrar¡Muchos besos y feliz semana!
Un soneto genial y excelente, Amilcar.
ResponderBorrarGracias por tu visita y amables comentarios.
Un abrazo, amigo poeta.